SER Capaces | José María Vegas, ordenanza de Ampros durante más de 30 años: "De lo que estoy más orgulloso es de haber aprendido a decir que no"

Santander

José María Vegas llegó a AMPROS en el año 1987, gracias a la información de una vecina que le habló de la entidad. Empezó entonces a trabajar en el Centro Especial de Empleo, en la Virgen del Mar, en la sección de carpintería haciendo palets, ocupándose del almacén... "Me gustaba mucho el trabajo que realizaba por eso cuando después de 3 años me ofrecen la posibilidad de optar al puesto de ordenanza en la sede al principio tuve miedo, porque suponía un gran cambio" nos ha contado n Hoy por Hoy Cantabria.

Recuerda aquella oficina pequeña con poca gente (eran unas 8 personas) en la que fue muy bien acogido. Hoy es mucho más grande y con más compañeros, a los que ha recibido a lo largo de estos años, durante más de 3 décadas, de hecho casi todos los que trabajan en AMPROS recuerdan el recibimiento de Chema al acudir a su entrevista de trabajo. Así nos la ha refrendado Gemma Pernía, directora de Apoyos a la Persona en la entidad, que nos ha explicado cómo han trabajado en el refuerzo de su autonomía y de su capacidad de autodeterminación.

Independencia

Precisamente para Chema, como todos le llaman, lo más importante ha sido cómo ha ido ganando independencia y responsabilidad en el hogar con el paso de los años. Por eso, el ámbito de la independencia, valora mucho saber decir SI o NO a algo. Cuenta que él antes decía SI a todo, y considera muy importante saber decir qué es lo que se quiere y cómo se quiere.

Para todo ello, el apoyo de AMPROS ha sido muy importante en su vida.

30 años como ordenanza

Durante su vida laboral sus tareas han ido desde coger el teléfono a atender a las personas que llegaban a la oficina, relacionarse con las administraciones, registros, etc., para llevar documentación, y un montón de pequeños detalles relacionados con el día a día del edificio.

Una de las cosas que más valora de su trabajo es que le ha permitido conocer y relacionarse con mucha gente, y también la posibilidad de hacer cursos y aprender de forma permanente.

Se jubiló en 2021 y aunque al principio le daba miedo perder su rutina, su día a día habitual durante tantos años, ahora está encantado, con nuevos amigos, tiempo para sus aficiones, etc.

Apoyo a su madre

En esta etapa Chema asumió el rol de cuidador de su madre cuando su proceso de alzheimer comenzó a dar señales. Contaba con ayuda mientras él estaba trabajando, pero en casa la convivencia y los cuidados se hacían complicados y finalmente ingresó en una residencia de mayores. Él cuenta que en esos momentos aprendió a trabajar la paciencia y a demostrar cariño incondicional.

En este tránsito, contó con el apoyo de AMPROS, especialmente para determinar que había llegado el momento y poder gestionarlo emocionalmente.

Chema iba todos los días a la Residencia y acompañaba a su madre y a muchas otras personas (siempre comenta que veía a mucha gente sola). Estableció muy buenas relaciones con profesionales y residentes.

Cuando su madre falleció, asumió el duelo con gran entereza y la sensación de haber hecho todo lo posible por ella.

Jubilación

Ahora vive en un pequeño apartamento solo. Cuida su salud y disfruta de largos, larguísimos, paseos por Santander (llueva o haga sol) en los que se reencuentra con mucha gente conocida. Cocina, ve un poco la tele, queda con amigos, hace viajes y excursiones con diferentes grupos, participa en la Asociación Peña Cuadrada -montaña-, vuelve de visita a AMPROS donde tanta gente le quiere, ..

En el futuro cree que tendrá que ir a una Residencia, si no puede ser de AMPROS, sabe que se le apoyará para buscar la mejor opción para él. Pero no piensa mucho en el futuro, cree que el futuro se va haciendo día a día.