La Audiencia de Cantabria no ve indicios de homicidio doloso en el atropello del ciclista de Torrelavega
La Sala confirma así el auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrelavega
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Concentración en Torrelavega para reclamar justicia por el ciclista fallecido tras ser atropellado el 11 de febrero y para reclamar un mayor endurecimiento de las penas a los causantes de accidentes de tráfico por negligencia, que además omitan el deber de socorro. / Celia Agüero Pereda (EFE)
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Santander
La Audiencia de Cantabria no ve indicios de homicidio doloso en el atropello mortal a un ciclista de Torrelavega en febrero de 2023, por lo que ha rechazado el recurso de la familia que pedía que el caso fuera enjuiciado por el tribunal del jurado.
La Sala confirma así el auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrelavega por el que se acordó seguir las actuaciones por los trámites del procedimiento abreviado por supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave, contra la seguridad vial y abandono del lugar del delito.
En el recurso se alega la existencia de indicios de homicidio por dolo eventual y se pedía la reconstrucción del accidente por especialistas, además de nuevas declaraciones, del testigo que encontró al ciclista y del investigado como testigo.
Sobre estas diligencias, la Audiencia considera que quien encontró al fallecido no presenció el atropello, por lo que "poco va a añadir de interés para la causa", y señala que el investigado ya ha declarado como tal y no procede que lo haga ahora como testigo.
De la reconstrucción dice que "ya se está llevando a efecto a partir de los informes técnicos obrantes en la causa".
Según recoge el auto, el recurrente aduce que, "precedido el accidente por una conducción temeraria y con invasión total sin ninguna maniobra evasiva y conociendo que el estado de los neumáticos era de desgaste, debía conocer el conductor lo peligroso de su conducta y que por ello, los indicios son de concurrencia de dolo".
El tribunal recuerda que "el dolo eventual reclama que el peligro para el bien jurídico que el autor crea, sabiendo o de forma evitable, sea de tal intensidad que una persona razonable perciba que el resultado de muerte se producirá o se podrá realizar y, pese a ello, decide actuar".
Hechos
El atropello se produjo el 11 de febrero a la carretera CA 334, de Zurita a Sierrapando, una carretera convencional, sin arcén de doble sentido con dos carriles, uno para cada sentido de la circulación y delimitados por línea longitudinal continua, con velocidad limitada a 50 kilómetros por hora.
Según la Audiencia de los informes de la Guardia Civil y la Policía Local se puede entender "en términos de indicios", que el siniestro, del que se derivó el fallecimiento del ciclista, "pudo haber sido ocasionado por imprudencia grave ante la magnitud de la infracción del deber objetivo de cuidado al invadir totalmente el carril de circulación de sentido contrario, en un tramo curvo conduciendo a excesiva velocidad".
Añade que era "previsible que, aunque normalmente a esa hora y ese día (sábado) lógicamente no iba a haber mucha circulación, podían circular vehículos en sentido contrario aun a esas horas tempranas de la mañana, como efectivamente ocurrió, pero lo que no puede entender es que fuera con dolo eventual".
Para que así fuera el conductor tenía que conocer ese riesgo "directamente y con antelación suficiente", ya que de no ser así no se daría el elemento subjetivo del dolo eventual.
"Y es conclusión de esta Sala que ningún indicio hay de ello en el presente supuesto, sin perjuicio de la imprudencia que por omisión del deber objetivo de cuidado y por infracción de las normas exigibles a todo conductor pudiera haber concurrido", añade.