El duro testimonio de los padres de Erik, el joven que murió en la calle Isabel II de Santander
Sus padres han relatado en la Cadena Ser que su hijo era adicto a los tranquilizantes
Los padres de Erik, el joven que murió en la calle Isabel II en Santander, relatan en la Cadena SER, la dura lucha que han vivido para intentar curar a su hijo de una drogadicción. David Tres y Celia Mira Gil, quieren aclarar que su hijo no era un indi
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Santander
Los familiares de Erik, el joven de 22 años que el martes apareció muerto a la entrada de la zapatería Dulccinea, en la calle Isabel II, en Santander, niegan que fuera un indigente y que viviera en la calle.
Erik era adicto a las benzodiacepinas. España es el país con más consumo de este tipo de tranquilizantes. Al padre de Erik se las recetaron hace años y a los 17, empezó a coquetear con las pastillas. "Me las recetaron a mí debido a una dolencia crónica que padecía por una discapacidad. Nunca imaginé que mi hijo estuviera consumiéndolas para colocarse. Me las quitaba."
David y Celia solo quieren recordar a Erik como realmente era. "Un chico cariñoso, trabajador pero con un problema de adicción a las pastillas".
Tratar de conseguir que a Erik le atendieran como adicto a las benzodiacepinas, conseguir un buen diagnóstico clínico y psiquiátrico ha sido la lucha de estos padres. Erik murió el pasado martes, un día antes de ingresar en Proyecto Hombre. "Tienen un centro en Burgos y Erik quería curarse. Quería ingresar lejos de Santander, para alejarse de su entorno"
Tenía 22 años y había trabajado como soldador. Consumía tranquilizantes y "nunca se lo trataron como una adicción, nunca le trataron como adicto a los tranquilizantes", lamentan sus padres.
Tampoco le diagnosticaron un trastorno mental y "algo no iba bien. Era evidente". "Nunca conseguimos que le trataran como enfermo psiquiátrico y adicto a los tranquilizantes. En el centro de Salud Mental de la calle Antonio López, en Santander, nos dijeron que no trataban adicciones a fármacos", relata Celia.
El responsable de la Fundación Acorde, Damián González, el Centro de Rehabilitación Psicosocial Dual explica que los enfermos como Erik padecen una patología dual. "Son persona que sufren dos patologías, una de ellas una adicción y la otra un trastorno".
Sus padres nunca han tenido un diagnóstico para saber como tratar a Erik. "La atención a la salud mental sigue siendo residual en el sistema público, nos hemos sentido desamparados. Somos una familia obrera y hemos tenido que llegar a pedir más de un crédito para que le pudieran atender en clínicas".
Erik se ha ido con solo 22 años. "Era cariñoso, trabajador. Sus amigos lo adoraban y no era un indigente. Era un ser de luz y una persona maravillosa".