La Policía Nacional desarticula en Cantabria una banda dedicada al cultivo y venta de marihuana con 100 kilos de plantas
La operación ha culminado con la detención de cuatro personas, dos de las cuales han ingresado en prisión
Plantas incautadas por la Policía Nacional. / Policía Nacional
Santander
La Policía Nacional ha desarticulado en Cantabria, en la operación "Perrera", una banda supuestamente dedicada al tráfico de drogas en España y en el centro de Europa, que cultivaba y vendía marihuana, y a la que se ha incautado 97 kilos de plantas, 1,5 de cogollos y diverso material.
La operación de la Policía Nacional ha culminado con la detención de los cuatro supuestos miembros de esa banda, tres hombres y una mujer, a los que se acusa de delitos de tráfico de drogas, defraudación de fluido eléctrico y pertenencia a organización criminal.
Agentes de este cuerpo supieron de la presunta actividad de este grupo e iniciaron la operación que ha llevado al registro de dos viviendas y una nave, que estaba al lado de las casas, donde se localizó el cultivo de la marihuana, en concreto de 1.066 plantas con un peso de 97 kilos.
También localizaron en los registros 200 gramos de hachís; 1.500 de sumidades floridas (cogollos de marihuana secos) preparados para la venta; 9 botes de cafeína, que sirve para el corte; diversas armas, como una pistola Taser con cargador, una defensa extensible, dos cachavas con pincho en su interior, una virola con pincho en su interior, una daga, una navaja y un cuchillo.
235 mil euros
Los detenidos tenían también un vehículo y 1.250 euros en efectivo, así como numeroso instrumental relacionado con el cultivo de la droga, que en su venta en el mercado ilegal podría superar los 235.000 euros.
Los cuatro detenidos, de los que tres tienen antecedentes, pasaron a disposición judicial, y dos de los hombres han ingresado en prisión.
La Policía Nacional de Cantabria, que ha contado también con el apoyo de equipos de Bilbao, explica que esta banda tenía una "estructura piramidal y roles diferenciados" cada uno de sus miembros, que cultivaban la droga en varias localidades de Cantabria y después la distribuía por toda España y en países del centro de Europa.
Los detenidos tenían en la nave de Santander una "muy sofisticada y moderna" instalación interior para cultivar la marihuana, para lo que usaban de forma fraudulenta la red eléctrica, y disponían, además, de un lugar de secado y almacenamiento de la droga.
