La huelga de alquileres que revolucionó el mercado inmobiliario hace cien años en Tenerife
Los inquilinos protagonizaron una revuelta a principios del siglo, incluyendo una huelga de alquileres que puso a los propietarios y especuladores inmobiliarios contra las cuerdas en la isla de Tenerife

Protestas a favor de la vivienda en Madrid 2018 / SOPA Images

Santa Cruz de Tenerife
En verano del año 1933 la isla de Tenerife protagonizó uno de los momentos más curiosos de la rebelión popular republicana en España tras el nacimiento del Sindicato de Inquilinos. “La representación de todos los arrendatarios de viviendas para todos los efectos", recogió entonces el semanario Actualidades, editado en la isla de Tenerife. Su función era atender las demandas de las personas que no podían acceder a una vivienda, exigiendo " una revisión sobre los alquileres para lograr una perfecta nivelación”. Entonces la escasez de vivienda y sus altos precios era una preocupación habitual de la sociedad tinerfeña y también de la prensa local. "El Sindicatos de Inquilinos, recién constituido, batalló contra la falta de viviendas asequibles para las clases populares. Juan Artiles, organizador del Sindicato de inquilinos, instó en un comunicado de 1933 a la bajada del alquiler, añadiendo que la prensa local, que hasta la fecha ha permanecido indiferente ante este conflicto debía intervenir", según ha explicado la investigadora y divulgadora de la cultura popular canaria Daniasa Curbelo en sus redes sociales.
Curbelo se hace eco de un artículo con numerosas fuentes de la prensa local publicado por Rubens Ascanio en la revista digital de La Gomera, El tambor. titulado “La carestía de vivienda en Tenerife y la gran huelga de inquilinos de 1933 a los ojos de la prensa”. Según explica el licenciado en Historia por la Universidad de La Laguna y concejal en la ciudad de los Adelantados, la demanda era clara, "reducir un 40% los costes de los alquileres en la capital tinerfeña y además, cumplir con las debidas condiciones de higiene de las viviendas y atender a la falta de la misma. Para este fin el Sindicato entabla una serie de encuentros y comunicaciones con asociaciones y colectivos afines. Es el caso de la Asociación General de Empleados de Comercio, Industria y Banca, de tendencia socialista, que aborda en varios momentos la problemática de la carestía de la vivienda y las demandas del Sindicato, acordando “por unanimidad” el paro propuesto desde el Sindicato de Inquilinos", explica.
Los orígenes de una huelga histórica
En julio del año 1933 la portada del diario ABC de Madrid mostraba una fotografía de una calle destrozada con el siguiente titular: "Las consecuencias de una huelga de inquilinos". La fotografía pertenece a Santa Cruz de Tenerife, "una revuelta popular que supuso el culmen de un movimiento sindical y huelguístico en la provincia. Según Yanira Hermida y Carlos David Aguilar, investigadores que dedicaron en 2015 un artículo a este suceso: la escasez de viviendas junto al elevado precio de los alquileres en la capital y la toma de conciencia colectiva y su organización sindical", explica la investigadora Daniasa Curbelo.
El desahucio de una familia alquilada en la calle de Santiago generó la ola de indignación. Los manifestantes, según explica Curbelo, "las autoridades insulares no dejaron pasar la situación y mostraron por diversas vías su preocupación por la tensión social, y se iniciaron las detenciones de la Federación Obrera y el Sindicato de Inquilinos, con otros cientos de detenciones a manifestantes y huelguistas", reza el post hecho público en sus redes sociales conmemorando un acontecimiento histórico de gran relevancia para Canarias.
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Cien años después: misma situación
Casi cien años más tarde de aquel acontecimiento histórico las tensiones del mercado inmobiliario vuelven a poner sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo una huelga de inquilinas. Tan solo el año pasado, los precios de la vivienda se dispararon un 13%, llegando a los 2.736 euros el metro cuadrado. Las condiciones socioeconómicas también han empeorado, colocando a Canarias como la comunidad con los salarios más bajos de todo el país.
Mientras tanto, las instituciones intentan que salgan al mercado las más de 211.000 viviendas vacías que hay en el Archipiélago, aliviando de ese modo la tensión en el marcado. No obstante, estos planes no están funcionando. La construcción de vivienda pública es la gran asignatura pendiente de Canarias, lo que se suma a la presión que ejerce el crecimiento de la vivienda vacacional en una comunidad cuya economía está sustentada en el sector turístico.

Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...