Cesión de competencias
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El Enfoque, Francisco Pomares, 5 de marzo 2025
Santa Cruz de Tenerife
Según el argumentario oficial, la cesión de competencias en inmigración a Cataluña se justifica en la necesidad de adaptar la gestión migratoria a las necesidades particulares de Cataluña. Debe ser que los inmigrantes que llegan a Barcelona son de muy diferentes a los que desembarcan en Canarias o cruzan la valla en Melilla. Quizá son de una especie distinta: llegan decididos a aprender catalán de manera espontánea, renunciar a sus creencias para hincharse de pan con tumaca y butifarra, e identificarse con la nación catalana en cuanto ponen un pie en El Prat.
Suspiran por ser asimilados en un territorio donde se pretende que un niño ecuatoriano, marroquí o paquistaní se escolarice en una lengua que no hablan sus padres ni sus abuelos, y que no se habla fuera de Cataluña. Pero que es, al parecer, crucial para su integración. ¿La solución de la Generalitat? Crear su propia burocracia migratoria y decidir cómo gastarse los fondos del Estado para atender a los emigrantes. El resto de comunidades autónomas se preguntan si ellas también llegarán a tener parte del pastel.
Si Cataluña puede gestionar su política migratoria, ¿por qué no Madrid, Andalucía o Canarias? Para Canarias nos dicen que habrá premio de consolación: nos aseguran que la solución al problema de los chicos que desbordan los sistemas de acogida en las islas, será la siguiente prioridad, una vez se formalice el acuerdo ya cerrado de ceder la política migratoria –un asunto de la exclusiva competencia del Estado- a Junts.
Me van a disculpar, pero París no siempre vale cualquier misa. Y además, no me lo creo. De tanto escuchar promesas incumplidas, me he vuelto muy suspicaz.