El diablo negro, encerrado en un museo de Tenerife: los expertos siguen sin saber por qué salió a la superficie
El Museo de Naturaleza y Arqueología descarta más hipótesis y aseguran que quizás nunca podamos saber qué le ocurrió
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El biólogo Alejandro de Vera asegura que quizás nunca podremos saber por qué apareció
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Santa Cruz de Tenerife
El biólogo Marc Martín Solá ha sido el encargado de ceder este ejemplar capturado en aguas de la isla de Tenerife, cerca de la superficie del mar, a un kilómetro de la desembocadura del Barranco de Erques, entre los municipios de Adeje y Guía de Isora el pasado 26 de enero.
Una vez depositado en el Museo, se procedió a su identificación mediante claves taxonómicas especializadas en ictiofauna abisal, y se confirmó que el espécimen en cuestión pertenece a la especie Melanocetus johnsonii, conocido comúnmente con el nombre de diablo negro.
Patrimonio natural
La directora del MUNA, Fátima Hernández, ha explicado lo valioso y la importancia que tiene el hallazgo de esta especie en aguas canarias, "en un tiempo vendrán investigadores de todo el mundo para comparar especies". Ya se considera patrimonio que este pez abisal descanse en un museo canario con métodos meticulosos de conservación. En primer lugar se sumerge en formol en un proceso de fijación previa, en favor del mantenimiento de los tejidos, y, pasadas entre 24 y 48 horas, se introduce en una solución de alcohol etílico al 70%.
Formol y alcohol son las ingredientes para la conservación de estos animales
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El animal ha puesto sobre la mesa muchos debates y muchas miradas, incluso del extranjero. El equipo del MUNA nos contaba que habían sido contactados por medios internacionales como la BBC o The Indepent. “Este descubrimiento ha atraído la mirada de muchas personas más allá de nuestras fronteras, lo que supone una oportunidad única para destacar y visibilizar el trabajo de conservación que el museo y sus trabajadores realizan a diario. Una nueva oportunidad para fortalecer nuestras colecciones y seguir descubriendo los muchos secretos del mar que nos quedan por descubrir”.
Posibles hipótesis
A pesar de las múltiple hipótesis que han surgido, los biólogos han descartados algunas por las condiciones en las que llegó el pequeño pez. "En el primer examen en el museo el pez estaba íntegro, en un estado de conservación excelente, sin huesos rotos ni defectos en la piel, así como sin marcas de mordeduras, por lo que no parece que haya llegado a través de ningún tipo de depredador", explicó Alejandro de Vera, conservador de biología marina del MUNA.
Además, De Veras ha contextualizado de dónde procede este pez, “es un habitante de las zonas mesopelágica, batial y abisal, ambientes en los que reinan la oscuridad total, las bajas temperaturas (4ºC-10ºC) y la carencia de producción biológica que asegure una disponibilidad constante de alimento”.
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Maite Álvarez
Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Radio, Podcast y Audio Digital...