Vertidos, basura y abandono: el preocupante estado del Barranco de Guiniguada
Mientras la parte alta del barranco es frecuentada por senderistas y ciclistas, la zona baja se ha convertido en un punto de acumulación de residuos, escombros y enseres ilegales. | Una tubería vierte aguas de origen desconocido en el barranco, generando dudas sobre su legalidad y el impacto en la salubridad de la zona
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Carlos Moreno
Las Palmas de Gran Canaria
Detrás de la imagen habitual del sendero peatonal y ciclable de 7,5 kilómetros que parte del centro del Pambaso, en la zona alta de Triana, se esconde una triste realidad: el abandono, los escombros, la basura acumulada y vertidos de aguas incontroladas. Cuando se inicia el paseo desde la capital grancanaria, si se gira hacia la derecha para iniciar el camino, se puede observar un cartel que pone: "Prohibido tirar basura". Sin embargo, si el paseante cambia su mirada hacia el lado derecho del cauce, acercándose a la parte más urbana del barranco, la estampa es completamente diferente, protagonizada por la basura y el abandono.
En el tramo que llega hasta las bóvedas que cubren el Guiniguada, a su paso la GC-110, se pueden observar residuos de todo tipo, como colchones, neveras, sofás, escombros de obra, restos de poda, botellas de plástico e, incluso, los pavimentos de caucho que amortiguan los golpes en los parques infantiles. A todo ello, se suma la presencia de una gran tubería que no para de verter agua regenerada, además de algunas filtraciones en los aledaños. Los vecinos denuncian toda esta situación, pidiendo una actuación integral por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Consejo Insular de Aguas.
Vertidos y escombros en el Barranco del Guiniguada
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"La imagen es lamentable, porque lo que vemos ahí debajo (detrás del Centro Medioambiental de El Pambaso) es una cantidad de suciedad enorme", señala Ramón Montesino, presidente de la asociación de vecinos Batán - San Roque, que no entiende cómo "hay una ladera con un montón de basura y al lado está la autovía por la cual pasa la guagua turística. Lo del Barranco de Guiniguada no tiene nombre". Afirma también, al ver ese caudal de agua saliente de una gran tubería, que "las condiciones de salubridad son un peligro para los vecinos de San Roque y los barrios colindantes, porque las aguas de la depuradora, que no están al 100% tratadas, no para de verter agua a la boca del barranco". Todo esto podría generar un cóctel perfecto, ya que "si a eso le añades ramas, suciedad, escombros y basura, incluidos muebles, como vengan lluvias y una riada se pueden atascar los túneles y tener un problema como en Valencia."
A sus reivindicaciones se suman las de Pedro Sosa, arquitecto urbanista y activista, que se ha mostrado públicamente a favor de destapar el barranco con el manifiesto titulado Descubrir el Guiniguada, advirtiendo que "lo más grave es el vertido de una tubería a cielo abierto, que está soltando un caudal importante y las bocas del barranco están obstruidas . Cuando bajen obstáculos de gran tamaño no van a resistir el paso del agua", pero lo que más le sorprende es que "el servicio de Medio Ambiente del ayuntamiento tiene su sede a 200 metros de aquí, y no creo que sean conscientes de lo que está pasando aquí". Otro de los vecinos afectados, Agustín Suárez, de la Asociación Sociocultural AmiRisco (Amigos del Risco), insiste en que "lo que comprobamos es que esta conexión ha quedado en un estado lamentable, lleno de residuos de todo tipo y con vertidos de aguas grises o negras que realmente nos preocupan" y, sobre el debate en cuanto al futuro del barranco, considera que "si se debe descubrir o no el barranco es un debate, pero lo que está claro es que hay que ocuparse de él, porque aún sigue siendo un barranco descubierto y hay que atenderlo", puesto que "emerge agua fecal y, urbanísticamente, hay zonas sin control donde surgen construcciones indeseables por doquier" y "además de ser un problema ambiental, es también una cuestión de inseguridad ciudadana, porque si jóvenes o niños entran en contacto con esas aguas, el riesgo sanitario es indudable."
Ante esta situación, los vecinos piden medidas urgentes para evitar que la situación empeore. "Queremos saber qué va a hacer el consistorio con este espacio natural", exigen. "Porque si no lo cuidan ahora, será mucho más difícil recuperarlo en el futuro". Mientras tanto, el Barranco de Guiniguada sigue siendo un testimonio de abandono y desidia institucional, con el riesgo latente de convertirse en un problema mayor para la ciudad.