"Hay trato paternalista": es con lo que tienen que lidiar las mujeres cuando llegan a puestos de responsabilidad

Santa Cruz de Tenerife

"Los hombres poderosos llevan muy mal la relación con las mujeres poderosas", con esta palabras de Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, abrió el debate en el evento Conversa: "Las pioneras que abrieron camino para alcanzar los liderazgos" celebrado en el Espacio Cultural Caja Canarias, que puso sobre la mesa todo lo que sufren y tienen que superar las mujeres para romper techos de cristal y poder acceder a puestos de responsabilidad en sus ámbitos. El encuentro abrió muchos debates que existían hace más de 20 años cuando algunas de ellas iniciaban sus carreras y que siguen existiendo a día de hoy. Entre ellos, los micromachismos, cómo afecta el auge de la ultraderecha y la legislación.

Micromachismo en el lenguaje y en los gestos

En los espacios de poder, el papel de la mujer está condicionado a la actuación de los hombres. "La manera de relacionarse con las mujeres en esos espacios es minusvalorar y quitarle importancia a la responsabilidad y el cargo que tengas", explicaba Rosa Dávila mientras contaba el trato que ha recibido. "Eres mi niña, eres cariño, entonces yo no me imagino diciéndole a Ricardo Melchor o a Adán Martín mi niño, cariño", asegura la presidenta que forma parte de lujos y micromachismos que se permiten los hombres para colocarte en una posición en la que se puede relacionar contigo.

En ese mismo lenguaje también hizo hincapié Ana Oramas, vicepresidenta del Parlamento de Canarias, que pone freno a estas actitudes no permitiéndolas. "No me da la gana cuando los de Vox me dicen 'gracias señor presidente', porque yo les digo señor Galván quizás no se haya dado cuenta pero la presidenta en funciones soy yo, no Don Gustavo Mato", explicaba Oramas alertando de la amenaza que supone la ultraderecha en materia de igualdad y utilizando el lenguaje para quitarle valor al trabajo o al puesto que tienen las mujeres.

Pero no solo en el lenguaje, también en los gestos, Dávila ha contado la incomodidad que siente cuando la saludan con dos besos porque es lo que se presupone que debe hacer una mujer. De esta manera recordaba las palabras de la reina Letizia "dame la mano como un hombre". "Es verdad que a veces te agarran por los hombros, te plantan dos besos y son gestos de micromachismo que se viven en todos los ámbitos" lamentaba la presidenta insular mostrando su preocupación porque en el fondo también se deterioran las instituciones.

Entre las amenazas: la ultraderecha

El peligro de los discursos de odio y el auge de la ultraderecha han hecho peligrar los derechos que las mujeres a lo largo de la historia han podido conseguir. Ana Oramas va un paso más allá y apunta que el discurso de estas ideologías encaja perfectamente en los problemas que tiene la sociedad "porque simplifica como se solucionan los problemas de la gente y encuentras fácilmente culpable y solución". Desde la experiencia, Ana Oramas cuenta que ha visto durante años el discurso diario de Vox, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlamento de Canarias y asegura que estamos retrocediendo en materia de igual y recuerda que "hace años nos reíamos de Trump y fue presidente y de Bolsonaro y de Milei".

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Las instituciones y las normas diseñadas para hombres

En las instituciones está el lenguaje, los gestos y que algunas de ellas no están diseñadas para que las lideren mujeres. La Diputación del Común es una figura que, según ha explicado Lola Padrón la actual diputada del Común, está pensada para los hombres. "Cuando se conquistan los espacios y quieres cambiarlos hay conflicto pasando por las actitudes paternalistas con los mismos patrones", explicaba Padrón apuntando que se tienen que romper los techos de cristal con legislación que son los instrumentos adecuados para ello.

Margarita Ramos, presidenta de la Fundación Caja Canarias y catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de La Laguna, ha recordado que todo lo que se le exige a un hombre cuando se le exige a una mujer lleva un "plus" simplemente por el hecho de ser mujer. "Esto conlleva la plena disponibilidad, seguir ocupándote de tu familia", explicaba Ramos que el sesgo sexual continúa generando brecha entre hombres y mujeres. La catedrática también ha puesto el foco en cómo se le han dado la vuelta a las normas para dar una imagen inversa, "por ejemplo el complemento de maternidad que se aprobó en el gobierno de Rajoy y que estuvo mal construido porque acabó generando más brecha".