Garrido insiste en pedir 15 millones y ya duda del trabajo de Pepe Mel

Santa Cruz de Tenerife

Para esta semana estaba previsto un último intento de algunos grandes accionistas del CD Tenerife en su afán por lograr un golpe de timón en el representativo antes de la Junta General del próximo mes de diciembre. Pues bien, la comunicación con José Miguel Garrido ya se ha producido y el resultado ha sido poco fructífero. El entorno del empresario madrileño confirma a la SER que sigue pidiendo 15 millones de euros por su lote accionarial, cifras que situarían en 60 el valor total del club blanquiazul. Como ya ha manifestado en otras oportunidades, estas fuentes subrayan que el propietario aceptaría un pago a plazos.

Garrido sostiene que esos son sus números y que nadie va a bajarle de esa tesis, pese a que el Tenerife se despeña en la clasificación, es penúltimo y afronta un riesgo real de descenso al fútbol no profesional.

Le ven desnortado

Los interlocutores del empresario dicen estar convencidos de que el madrileño no está en las mejores condiciones posibles para gobernar al Tenerife, mucho menos cuando lo hace en la distancia y sin saber a ciencia cierta qué ocurre en el día a día blanquiazul. Pero más allá de este pensamiento, revelan que Garrido ya asume como una opción real la caída a Primera RFEF y se muestra convencido de que, si baja al equipo, se quedará para ascenderlo como hizo Miguel Concepción.

Los comunicantes que ha tenido el máximo accionista del club en las últimas fechas le ven instalado en una realidad paralela, como si no supiera cuáles serían las consecuencias de que el Tenerife bajase y además se quedase Garrido, lo cual derivaría seguramente en una pérdida de patrocinadores y de abonados, un paisaje que el mandamás blanquiazul no quiere asumir todavía.

En lo que sí han notado un giro trascendente es en la opinión del máximo accionista respecto a la labor de Pepe Mel. Las últimas decisiones, vaivenes y declaraciones del técnico le han perjudicado gravemente en su reputación a ojos de sus superiores, que ya ven posible que se produzca un relevo en el banquillo a corto plazo.

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Opciones reales

El nombre de Álvaro Cervera, que verían con buenos ojos la presidencia, la dirección deportiva y los capitanes, no cuenta -al menos de momento- con el visto bueno del consejero Juan Guerrero, cuyos recientes desvaríos no han gustado nada a Garrido, que habla de él con condescendencia, pero también con hartazgo porque no encuentran final los episodios surrealistas que protagoniza el sevillano.

En cuanto a la posible sustitución de Mel, podría darse si se produce un nuevo revés en las jornadas venideras. De momento, solo se valoran dos posibilidades: el regreso de Cervera o la promoción de Mazinho. En cuanto a la primera opción, no ha habido contactos en serio con el exblanquiazul, pero sí los sondeos precisos para confirmar que estaría dispuesto a volver. Eso sí, en una situación como la que está vigente en estos momentos; y no a un equipo que esté cadavérico, esto es, con una posición clasificatoria todavía más delicada que la actual. El partido contra el Elche se presume crucial. Entretanto, Garrido se niega a vender y mantiene la duda sobre su participación presencial en la Junta. Si viene, se enfrentará a múltiples votos negativos de los que un día fueron sus aliados. Fuera del sindicado, ya conoce que no apoyarán su gestión ni Rayco García ni Juan Pelayo Duque.