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Ciencia y tecnología

Los científicos muestran su enfado por las afecciones que están provocando los satélites del proyecto Starlink

Estos dispositivos de la empresa SpaceX, fundada por Elon Musk, perturban las investigaciones de los astrofísicos al generar estelas que impiden observar con nitidez el universo

Alfred Rosenberg, astrofísico divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), habla sobre las afecciones de los satélites de Starlink

Alfred Rosenberg, astrofísico divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), habla sobre las afecciones de los satélites de Starlink

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Las Palmas de Gran Canaria

El proyecto Starlink, que busca ofrecer internet de alta velocidad a nivel global mediante una red de satélites en órbita baja, está dando de qué hablar. Actualmente, hay cerca de 6.000 satélites de la compañía orbitando la Tierra, dando serios problemas a los astrofísicos a la hora de realizar sus diversas investigaciones del universo. Durante estas semanas se han compartido diferentes imágenes en redes sociales, por parte de usuarios canarios, extrañas “estelas de luces” por las noches que simplemente eran estos satélites de Starlink vistos a simple vista. Esta pequeña anécdota para la población, supone una afección seria para los científicos.

El astrofísico y divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Alfred Rosenberg, comenta que “todo lo que sabemos del universo es a través de la luz y, claro, si esa luz se ve interrumpida o perturbada por otros objetos que están orbitando alrededor de la tierra, vamos a obtener datos menos precisos o, incluso, mediciones falsas en algún caso”. Además, lanza un aviso general afirmando que “tenemos que considerar que la astrofísica es un área de la ciencia distinta a las otras. Nosotros solo podemos observar y poder ver el universo a través de la atmósfera resulta indispensable para nuestro estudio. No podemos repetir un experimento ni pedir a una estrella que vuelva a explotar o tomar una muestra, y estos artefactos no impiden en muchas ocasiones tomar datos correctos”.

Cerca del 6% de las observaciones del telescopio Hubble sufren las afecciones de los satétiles Starlink

Tal es así que, incluso, el famoso telescopio Hubble ha sufrido las consecuencias, con informes que indican que, en 2021, cerca del 6% de sus observaciones fueron arruinadas por la interferencia de los satélites Starlink. “Últimamente no hay una sola imagen que tomemos que no tenga una, dos o diez trazas de satélites atravesando la imagen. Eso dificulta, por supuesto, el trabajo y contamina los datos de manera importante”.

Instituciones como la Unión Astronómica Internacional (IAU) y la Sociedad Española de Astronomía han protestado en organismos internacionales como las Naciones Unidas, advirtiendo que estas redes pueden saturar los detectores de telescopios modernos, pero el astrofísico del IAC no ve una solución ante esta situación, puesto que “hay unos intereses económicos y, además, la población quiere tener Internet en todas partes y quiere estos avances, pero, al mismo tiempo, estamos perdiendo un valor importante como es poder estudiar el universo”.

Un ejemplo claro es que “ahora mismo tenemos 7.000 exoplanetas descubiertos y estás estudiando algo que es muy pequeño en comparación con una estrella que está extremadamente lejos de la que tú ves solo un hilo de luz, se te mete un satélite de estos por delante y varía toda la información tomada”.

La empresa SpaceX, fundada por Elon Musk, busca alcanzar una constelación de 12.000 satélites, con la posibilidad de expandirse a 42.000 en el futuro. Estas previsiones suponen “una contaminación importante y dañina. No hay manera de sortearlos y tienden a muchos más, por lo que no hay ninguna técnica especial para evitarlos”, aunque concluye Alfred Rosenberg que, ante el temor de que esta posible basura espacial tenga riesgos “estos últimos satélites se envían con la posibilidad de que puedan entrar de nuevo a la atmósfera de manera controlada en la Tierra y habitualmente se queman en este trayecto. Lo que pueda quedar se suele planificar encima del mar para que no afecte a nadie. La normativa exige que todo esté muy controlado, no es un peligro real para la población”.

 
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