Baleares gana a Canarias por goleada
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Decrecer es un concepto maldito para el turismo canario. Casi inombrable. Con solo mencionar la posibilidad, reaccionan las sensibilidades liberales como si les mentaran a la madre. Pero hay otros destinos, algunos con los que solemos compararnos, que ya han experimentado con esa gaseosa y parece que no les va mal. Es el caso de Baleares, cuyo gobierno tomó la decisión de reducir plazas alojativas y, en contra de muchos agoreros, sigue fortaleciendo su músculo económico.
También aplica desde hace tiempo una tasa, que le permite no solo proteger el paisaje sino también inyectar más recursos públicos al ciclo integral del agua, entre otros desafíos.
Hay muy tópico y demasiado ruido sin embargo en Canarias cada vez que alguien expresa lo que tantos pensamos. Que así, tal y como hemos hechos las cosas hasta ahora, no conviene seguir. Que el binomio crecimiento y sostenibilidad no es compatible. Y que decrecer el cantidad no significa, ni mucho menos, poner en riesgo nuestro futuro. Más bien lo contrario, permite pintarla y no limitarnos a esperar lo que nos traiga la marea.