Quien fuese castradora
Un trabajador de la Consejería de Igualdad del Gobierno canario se dedica a decir obsenidades a las mujeres sin consecuencias. Lo ha denunciado una de ellas, harta de sus comentarios soeces y rozamientos. Un juez, sin embargo, ha dejado sin castigo sus contínuos excesos verbales y físicos, pese a que ha habido testigos. Es más, hay colegas que han declarado que les parece "normal" que se dirija de ese modo a una compañera. Un comportamiento que él ademas ha justificado sosteniendo que así crea un clima más relajado en el trabajo.
A estos chistosos machistas, pasados de rosca, o se les para los pies a la primera o terminan por entender que ancha es Castilla. Decir "me gustaría saber cómo sabe tu culito" o "quien fuese ese pantalón vaquero", o restregar sus partes por el cuerpo ajeno que lo rechaza, no ha tenido ningún castigo. Al menos de momento, porque la víctima ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial.
Veremos en qué queda la cosa. Mientras, lo que sí ha quedado meridianamente claro es cómo seguimos normalizando comportamiento inaceptables de machirulos, que se sienten amparados hasta por la Administración que tiene por función defender la igualdad de géneros.