Guerra civil en Nueva Canarias
Hace años, cuando Román Rodríguez se dejaba querer por los socialistas tras romper con Coalición Canaria, un asesor del PSOE respondió a un compañero que auguró que el líder de NC acabaría en el partido, con la siguiente puntualización: "Como nos descuidamos, acabamos nosotros en Nueva Canarias". La anécdota expresa de forma muy gráfica la personalidad de Román y las relaciones entre los socialistas y los que hora se llaman canariastas-progresista. Un término con el que tratan de marcar distancias con el nacionalismo de CC.
Y es que, para este núcleo de NC, sus antiguos socios de coalición son una especia de apestados políticos, entre otras razones porque actúan como tapón para su expansión y acceso al poder. De ahí su empeño en tejer alianzas con el PSOE, aunque sea a costa de traicionar a los propios. La pérdida de la Alcaldía de Guía les permite, además, matar a dos pájaros de un tiro: contentar al PSOE, convirtiendo en alcalde a su concejal, y quitarse de en medio a uno de los renovadores. Esa corriente crítica que tiene al histórico líder contra las cuerdas.
Es difícil predecir cómo acabara esta guerra civil en Nueva Canarias; pero todo apunta a que, quien la pierda, morirá matando.