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Fútbol

Óscar Cano, la decisión 'kamikaze' que irrita a la afición del Tenerife y erosiona a Garrido

El entrenador granadino aún no ha logrado completar una temporada entera en el fútbol profesional

(CD Castellón)

Santa Cruz de Tenerife

Las reuniones y contactos telefónicos se sucedieron este miércoles -víspera del Día de Canarias- entre los accionistas de referencia y consejeros del CD Tenerife. Nadie entiende aún la decisión unipersonal de José Miguel Garrido, que pretende traer al representativo a Óscar Pedro Cano Moreno, entrenador de 51 años que aún no ha completado una temporada íntegra en el fútbol profesional. En la UD Salamanca estuvo 24 partidos y en el Castellón, 21. Ambos finalmente perdieron la categoría.

Garrido vende versiones diferentes respecto a la venidera contratación del entrenador andaluz en función de quién sea su interlocutor. A algunos les dice que la decisión estaba tomada hace tres y hasta cinco meses (lo cual es incompatible con su discurso público y con su presunta voluntad de renovar a Asier Garitano). A otros, les dice que no le convencieron el resto de candidatos y que la determinación es más bien reciente.

La realidad es que fue el lunes a mediodía cuando se produjo la reunión definitiva con Cano Moreno. Asistieron el director deportivo blanquiazul, Mauro Pérez, que ha insistido en explorar otras vías (su última propuesta fue Miguel Álvarez, que ha entrenado esta temporada al Villarreal B); y también el consejero deportivo, Juan Guerrero, cuya opción número uno ha sido siempre y hasta el final el regreso de Pepe Mel, a quien ya apalabró en febrero para relevar a Garitano. No obstante, el propio historial de Guerrero en las redes sociales revela una gran amistad con Cano y también con su número dos, Elías Martí, que vendrá al representativo en calidad de ayudante y que, paradójicamente, fue preparador físico de Asier Garitano en una etapa anterior (en el CD Alcoyano).

Cano acudió a la reunión solo unas horas más tarde de certificar el descenso con el Sabadell a Segunda RFEF. El cuadro catalán ha sido su último destino. Había aceptado la proposición del club arquilenado tras una gestión pilotada por su representante de toda la vida, Eduardo Llanos, el mismo de los blanquiazules Ángel Rodríguez y Pablo Hernández; y también el de Rubén Díez.

¿Por qué Cano?

Garrido cree que Cano es el "líder" que le hace falta al Tenerife. Y aquí sí, da por buena la diagnosis de Mauro Pérez, que fue muy claro con Asier Garitano en una reunión reciente en el Mencey -revelada por la SER- y le dijo que el gran problema de esta temporada había sido "la falta de liderazgo, tanto en el equipo como en el cuadro técnico".

Entre los accionistas de referencia, lo que más enerva e irrita no es tanto el nombre de Cano y su escaso bagaje en el fútbol profesional. Molestan más dos cuestiones esenciales: la primera, el método de selección, donde se ha desoído claramente el pronunciamiento de Mauro, que tenía como prioridad convencer a Rubén Albés; y la segunda, que una vez más se hayan enterado por la prensa del interés en el técnico del Sabadell.

La ronda de llamadas y comunicaciones de Garrido con los accionistas principales y con el presidente del consejo de administración se producía este miércoles al filo del mediodía, para cuando la SER ya había anticipado el interés en Cano (lo hizo Óscar Herrera antes del 'Radio Club Deportivo' del martes) y se había dado por cerrada también la elección final de la comision deportiva.

"Aquí fichamos entrenadores, no amigotes", asegura un accionista importante en conversación telefónica con Radio Club Tenerife. Así que resulta muy evidente que no comparte la decisión tomada. Según dice, ha pesado más el factor personal (la sintonía de Cano con Garrido, que procede de su coincidencia en el CD Castellón) a los méritos contraídos por el granadino para arribar a un banquillo como el del Heliodoro Rodríguez López.

El encuentro secreto en 'Los Candiles'

Tras el lógico estupor por la elección -por el largo carrusel de nombres que se habían valorado-, consejeros y accionistas de referencia pasaron de la sorpresa a la acción. Ya hace algunas semanas se había producido un encuentro informal en 'Los Candiles' -propiedad del directivo Conrado González Bacallado- para explorar opciones para un vuelco en el timonel blanquiazul a medio plazo. Esto es, para forzar la salida de Garrido si continúa por el carril errático de los últimos meses. Porque tras un inicio esperanzador, con liderato incluido y haciendo el máximo accionista partícipe al resto de actores de la ecuación, había pasado a desdeñar consejos y recomendaciones; y a refugiarse en los aliados que más le convenían para cada momento (o mejor dicho, solo en aquellos que le daban la razón). Ejemplo que así demuestra esta tendencia fue un encuentro con el expresidente Concepción y con González Bacallado. Ambos le recomendaron el cese de Asier porque detectaban que la situación era insostenible. Pero el inversor madrileño se mostró completamente inabordable.

El encuentro de 'Los Candiles' sentó las bases de un futuro vuelco, que por números parece difícil que se dé (por el reparto accionarial actual). E incluso se habló de requerir a Garrido que se trabajase de una forma más coral después del fracaso estruendoso de la época Asier. A los accionistas de referencia no solo les ha irritado la secuencia de malos resultados, sino el uso que el profesional vasco ha hecho de la sala de prensa para revolverse ante las críticas. Sea como fuere, de aquel encuentro salió una sugerencia: pedirle al accionista principal que explorase la vía Antonio Hidalgo. En medio del temor creciente a una decisión imprevisible en el proceso del relevo, hasta una parte del vestuario hizo su propuesta: Álvaro Cervera. Al final, ni uno ni otro.

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Más de una decena de reuniones

Garrido, que ha desoído a todos, empezó la ronda de reuniones con Vicente Moreno y Paco López. Es absurdo negarlo porque las reuniones han sido confirmadas por diversas fuentes. Pero además en el caso del primero (ahora vinculado al CA Osasuna) hay un recado posterior y público: "Prefiero los proyectos donde la interlocución sea con el director deportivo, no tanto con la propiedad". A renglón seguido llegó a haber intercambio de documentos de Mauro Pérez con el agente de Abelardo (nunca un acuerdo, como se informó erróneamente por parte de vario medios de comunicación). También hubo reunión con Pablo Machín, otra maratoniana con Rubén de la Barrera y una muy reciente con el representante de Julián Calero en Madrid, ciudad que se ha convertido por unos días en el centro de operaciones blanquiazules.

Aquí ha de hacerse constar también la versión de Garrido. Que las reuniones no eran todas para relevar a Asier, sino correspondían a una dinámica normal de un máximo accionista estableciendo contactos para conocer la situación del mercado de entrenadores. Hecho este paréntesis, el caso es que todos los nombres se le fueron cayendo. Algunos, por descartarlos él; otros, porque recibió negativas en algún caso estruendosas. Con Paco López llegaron a pensar que habría acuerdo, pero su respuesta afirmativa se desvaneció de pronto.

Dejamos para el final tres nombres importantes en el proceso. El de Rubén Albés, porque habría sido abrazado por casi todo el tinerfeñismo y buena parte del consejo de administración como una solución que cuadra con el fútbol que gusta al Heliodoro. Era la opción número uno de Mauro. Pero a Garrido le enojó que inicialmente el ex del Albacete no aceptase una primera reunión a la que le convocaron para cuando aún estaba muy reciente su cese en el club del Carlos Belmonte. En el club interpretaron que estaba esperando por el Alavés, donde finalmente renovó Luis García Plaza. El caso es que cuando Albés estaba operativo, Garrido dijo no. Lo mismo ha ocurrido con Pepe Mel, dispuesto a venir, nombre que también era de consenso, pero al que el madrileño no ve con el hambre de Cano. Y en cuanto a Miguel Álvarez, no es que su perfil resulte crucial en el cásting; pero sí es elocuente que Mauro lo propusiese a última hora para evitar el tsunami que sabía se vendría si finalmente trascendía quién era el tapado. Esto es, el candidato elegido: Óscar Pedro Cano Moreno.

Aunque durante el día de Canarias y fechas posteriores van a seguir los contactos entre accionistas (está participando también el expresidente Miguel Concepción, preocupado por si le señalaran por su responsabidad en el proceso de venta) y se ha pensado en pedir a Garrido una opción B. Esto es, que se repita la historia de hace unos años, cuando se le vetó a Juan Carlos Cordero el fichaje de Julio Velázquez. No parece fácil que esto ocurra. Quien ha tomado la determinación asegura que es inamovible. Entonces, si el plan sigue adelante y el domingo se le dan las gracias a Asier para presentar "lunes o martes" el acuerdo con Cano, la hoja de ruta de los accionistas pasará a ser la siguiente: seguir preparándose para el momento de ruptura del sindicado (hay que abonar un millón de euros por barba) y buscar el momento preciso para recuperar el poder perdido. "De esta temporada, no va a pasar", asegura una fuente muy molesta con el procedimiento de las últimas horas. El quid de la cuestión es que han cedido todo el poder de la parcela deportiva a una sola persona. En el pecado llevan la penitencia.

¿Y ahora?

Si transcurre todo según lo previsto, los componentes de la parcela deportiva (Garrido incluido) harán declaraciones la próxima semana. No está firmado el acuerdo con Cano y tampoco hay programada una reunión del consejo para ratificar el acuerdo. Ahora bien, aunque voces cualificadas del proyecto han manifestado en público y en privado que ha de haber formalmente un encuentro de la directiva "una vez se eleve propuesta de la comisión deportiva", no hace falta una votación al uso. Paulino Rivero no tiene firma electrónica en las decisiones futbolísticas.

El club tiene cedidas todas las competencias relacionadas con el área deportiva a José Miguel Garrido (también puede firmar Santiago Pozas, de ahí que en muchas publicaciones del club en las redes sociales la foto sea con el presidente, pero el momento de la rúbrica con el director general, como así refleja el ejemplo bajo estas líneas).

Así que Rivero no tiene mucho margen. Puede hacer algún gesto en público, pero ya ha quedado desautorizado dos veces. Adujo que el club tomaría la decisión del nuevo entrenador pensando en lo mejor para el club, y cuando hizo esas manifestaciones pensaba que se cumpliría con los requisitos fijados por la propia comisión deportiva (uno de ellos: que el técnico escogido tuviese experiencias de éxito en la búsqueda de la máxima categoría). Y anunció que no habría comunicaciones públicas antes del 2 de junio, pero Asier le cambió los tiempos al club y a Garrido; y decidió motu proprio anticipar su adiós.

De este modo, las voces consultadas por la SER creen que como mucho podría haber gestos de desaprobación. Por ejemplo, unas declaraciones en las que el presidente atribuya exclusivamente a la comisión deportiva la elección de Cano; o que Mauro no acudiese al acto de presentación (como no estuvo Guerrero en los fichajes de Rahmani y Jiménez, cuya autoría pertenece al profesional tinerfeño). Más improbable es que haya dimisiones en medio de un proceso que debilita, y mucho, el crédito de Garrido ante los demás. Como siempre en fútbol, queda a merced de los resultados. Pero nadie duda de que ha sido y está siendo una decisión kamikaze. A todo o nada.

 
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