Opinión

Vivir contra alguien

COMENTARIO CASTAÑEDA 16 ABRIL

02:22

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Analizando las diferentes posturas, no del Kamasutra, sino las que se dan en esta Canarias agitada como una coctelera por un frentismo que se expande en casi todos sus ámbitos, se termina concluyendo que el actual es uno de los momentos más raros vividos en los últimos años en esta tierra. Se percibe la sensación de una guerra sin cuartel, de una guerra de guerrillas, en la cual cada uno tiene su enemigo particular. Da la sensación de que aquí no se convive, sino de que se vive contra alguien.

Una de las muestras de lo que apreciamos la encontramos en la manifestación convocada para el próximo sábado: los empresarios turísticos ven en ella un caldero rebosante de turismofobia, mientras parte de los convocantes ven a los empresarios como elementos que salen de la cueva de Ali Babá.

Por su parte, determinados partidos políticos, rebasando de largo la frontera del ridículo, intentan colocarse tras las pancartas sabatinas sin ponerse colorados de vergüenza, y creyendo que así recuperarán músculo social contra un gobierno que confía en que la mañana del domingo empezará escampar y que las reivindicaciones de “La Manifestación del Todo Incluido” se diluirán bajo el arco iris de la vuelta a la cotidianidad.

En esta tierra, prácticamente se vive contra alguien. Aquí se confirma que todos tenemos un enemigo íntimo al que hay que sepultar porque el mismo carece de razones y de principios morales.

Los ojos de unos ven incendiarios apasionados, y los ojos de los otros avistan una caterva infinita de especuladores y delincuentes de cuello blanco dispuestos a saquear hasta los cepillos eclesiásticos.

Digo yo, con la boca chica por si acaso, que algún punto intermedio habrá donde la gente amante de los intereses colectivos se pueda sentar a hablar, planificar y entenderse sin que por ello sean acusados de traidores.

Canarias necesita de entendimiento. De una tregua para la inteligencia necesaria para paliar las dificultades del presente y la planificación de su futuro, pero me temo que va a ser que no, como en el añejo anuncio de Canal Plus.

Nos hace falta más equilibrio que el que tenía la admirada Pinito del Oro.

 
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