La Manifestación del Todo Incluido

Abro estas líneas con un posicionamiento frontal contra los convocantes de la tan mentada manifestación fijada para el próximo 20 de abril. Para nada comparto el lema que abandera esa convocatoria de la que se afirma que será la madre de todas las manifestaciones celebradas en Canarias. Discrepo abierta y frontalmente con la frase “Canarias se agota”, porque Canarias no está agotada, Canarias está exhausta.

De ahí, que gente de toda condición social y pelaje esté anunciando en las redes sociales su presencia en la manifestación que tendrá lugar el sábado de la próxima semana. Eso sí, está por ver la respuesta real a esta convocatoria, que abordando de manera principal las consecuencias del actual modelo turístico, paradójicamente, con respeto me permito bautizar como “La Manifestación del Todo Incluido”, porque más allá del debate del impacto medioambiental y demás consecuencias derivadas de la actividad turística, a ella acudirá una parte de la población de esta Isla, cansada de las apreturas económicas, de la carestía de la vida, de las deficiencias históricas en materia sanitaria y políticas sociales gobierne quien gobierne.

Una ciudadanía harta del “y tú más”, de la pestilencia de las corruptelas que planean sobre nuestras cabezas, harta de la mala calidad de los actores políticos y sindicales principales protagonistas de este culebrón que es Canarias everyday. Harta también de habitar en un país a la deriva, en el que las ocurrencias políticas son el pan nuestro de cada día.

Modestamente creo, que el éxito que pueda concitar la tan hablada manifestación, reside en su condición de saco o caja de sastre en los que caben cada una de nuestras decepciones individuales y colectivas.

Independientemente del resultado de “La Manifestación del todo Incluido”, a mi me preocupan las fechas posteriores a la misma y la posible falta de diálogo, entendimiento y concreción de las medidas a adoptar de manera urgente para mejorar la calidad de vida de unas islas que se están midiendo a una agitada tormenta existencial que tiene a sus habitantes hasta las mismísimas narices.

Canarias no se agota, Canarias está exhausta, y requiere de planificación, ordenación y entendimiento. También digo, que al igual que le sobran sujetos dispuestos a ordeñarla hasta exprimirla, por el otro lado le sobran huelgas de hambre que carecen de sentido por lo injustificado de sus reivindicaciones.

Canarias requiere de lo mejor de su gente capacitada y comprometida, y no está necesitada de mártires de espíritus joviales.