Viviendas vacacionales: mucho por aclarar
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La nueva normativa sobre Viviendas Vacacionales ofrece claros aciertos, incluye algunos excesos y deja en el aire varias dudas.
Entre los aciertos destaca que sacará a las VPO, es decir las viviendas públicas, del negocio turístico: es una perversión que nunca debió permitirse. Tratar a los ayuntamientos como instituciones mayores de edad, con capacidad para planificar cuánta oferta de este tipo, también.
Entre los excesos, se establecen requisitos de sostenibilidad y calidad de difícil cumplimiento, por no decir imposible, superiores incluso a los que se exige a la oferta hotelera.
Y, entre las dudas, cómo piensa poner coto a los grandes tenedores y para-Hoteles, como se anunció que se haría, y si las VV legales existentes se consolidarán o serán expulsadas finalmente del mercado tras un periodo transitorio.
El Gobierno ha sido valiente a la hora de coger este toro por los cuernos, pero poco transparente en cuanto a sus auténticas intenciones de permitir que exista una oferta que tenía una amplísima demanda y tanto derecho como un hotel a competir en el mercado.
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