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Álvaro Santana Acuña, el español con 'vía libre' para acceder al archivo personal de Gabriel García Márquez: "Fui de los primeros en leer 'En agosto nos vemos'"

El sociólogo canario, que está considerado como uno de los mayores expertos del escritor colombiano, considera que esta novela póstuma es un "último regalo" de Gabo sin pulir: "Su magia estaba en su imaginación y al reescribir"

Entrevista al sociólogo canario Álvaro Santana Acuña, uno de los mayores expertos en el mundo de Gabriel García Márquez

Entrevista al sociólogo canario Álvaro Santana Acuña, uno de los mayores expertos en el mundo de Gabriel García Márquez

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Santa Cruz de Tenerife

El mundo ya no era tan reciente para el tinerfeño Álvaro Santana Acuña a los 14 años. Las cosas ya no carecían de nombre y su dedo, que había dejado de señalar las cosas, marcaba las palabras que, poco a poco, iba leyendo en cada libro. Su paraíso, su Macondo particular estaba en una clase de instituto donde uno de sus profesores lo introdujo en "los cuentos de los grandes". Borges, Cortázar, Wolf, Galdós... y Gabriel García Márquez. 'El ahogado más hermoso del mundo' fue su primer cebo para caer en el pozo literario de Gabo. No es el más reputado de los libros del escritor colombiano, pero sí el que marcó una pasión que ronda ya las dos décadas.

Años después, cuando aquel instituto de La Orotava ya era una imagen del recuerdo junto al propio Márquez, Álvaro llegó a Cambridge. La lluvia inglesa no era tan distinta a la bruma que invade su San Cristóbal de La Laguna natal. Tampoco a las gotas de agua que caían en la pequeña aldea de veinte casas de barro. "Yo hacía el doctorado en la universidad y recuerdo que un día llovía mucho, fue entonces cuando pensé, de forma inconsciente, que llovía como en Macondo". Aquel símil surgió de la nada. Nunca había viajado a Latinoamérica y la historia de los Buendía en 'Cien años de la soledad' estaba difusa. "Fue la semilla con la que brotó el proyecto", precisa.

Desde Estados Unidos, donde imparte clases para Whitman College y la Universidad de Harvard, atiende a Radio Club Tenerife para ahondar en la historia tras 'En agosto nos vemos', el manuscrito póstumo de Márquez que salía el pasado 6 de marzo a la venta. Durante 12 años, Álvaro ha estado "ocupado" estudiando la figura de Gabo y concretamente de su obra más notable: 'Cien años de soledad', de la que tiene una biografía publicada en inglés y, próximamente, publicará una en castellano. El sociólogo lagunero fue una de las primeras personas que pudo leer el borrador, ya que, cada año, es uno de los pocos privilegiados que puede acceder al archivo personal de Gabo, custodiado en la Universidad de Texas

"Lo primero que quiero decir es que no se esperen una segunda parte de 'Cien años de soledad', o una nueva obra del realismo mágico, estamos hablando de la obra final de un escritor que tenía 77 años y que empezaba a tener signos de una enfermedad que le empezaba a borrar la memoria", señala Álvaro sobre lo poco que puede desgranar de la historia publicada por Rodrigo y Gonzalo, hijos del escritor colombiano. En 2004, cuando terminó la novela, el segundo escritor más traducido en el mundo se recuperaba, además de un cáncer. Lo considera, por tanto, "un esfuerzo para regalarle a sus lectores una historia sorprendente".

¿Realmente la quería publicar?

Aunque Macondo está en constante presencia, el escenario de esta última historia se desarrolla en una isla. Ana Magdalena Bach es una mujer, de mediana edad, que "tiene una experiencia que le transforma la vida". A raíz de ello, viaja a una isla anónima "donde está enterrada su madre y eso implica que tenga aventuras con un hombre diferente cada año". Es el pequeño adelanto de Álvaro que no quiere descifrar ni una mínima palabra de esta obra que sucede a su última novela en vida: 'Memoria de mis putas tristes'.

El amor, el gran tema de Gabo, vuelve a brotar. De igual modo, la fortaleza de la mujer. "A Márquez se le criticó por esa perspectiva patriarcal y machista, también a lo largo de los años se le ha criticado la manera en la que representa los personajes femeninos, cierra una carrera de 60 años en las que hay todas clases de personajes femeninos, cierra su carrera con un personaje femenino y feminista", concluye el profesor. Aunque no se trata de una obra incompleta, pues el final es del propio autor, el también comisario de la mayor exposición sobre el autor ('Gabriel García Márquez: la creación de un escritor global') apunta que "está sin pulir".

'La hojarasca', la primera novela de Gabriel García Márquez

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"Para Gabo era vital el reescribir porque era un perfeccionista nato, no dudaba en retrasar la publicación hasta que sintiera que la prosa estaba lista, eso significaba que tenía que hacer muchas revisiones", comenta el experto. Por ejemplo, en el caso de ‘Memorias de mis putas tristes’, se conservan 18 versiones en el archivo de Texas. Sin embargo, con esta última novela, solo 5. "Esa magia ya no iba a suceder porque estaba muy afectado por su enfermedad, en un momento de desesperanza, consciente de que no iba a poder terminar esa obra con los estándares de calidad que tenía para sí mismo, pidió a sus hijos que la destruyeran", explica un Álvaro que mantiene contacto con sus descendientes.

Penuria económica en París, fama planetaria en Estocolmo

Antes de morir, Márquez había olvidado el título, incluso, de sus grandes obras como 'Crónica de una muerte anunciada'. Frente a las críticas contra sus hijos, a quienes una parte de sus lectores han recriminado que no cumpliera, aparentemente, con las palabras de su padre, Álvaro comenta que sí intercambiaba borradores con su editora. Textos a los que ha tenido acceso junto a cartas personales. "Las cartas anteriores a 'Cien años de soledad' se las envía a sus amigos, antes de ello no era famoso, era un autor mal publicado, por entonces hablaba de sus viajes por el mundo y de sus esfuerzos para convertirse en un escritor profesional", comenta.

Márquez vivió la penuria económica. De hecho, durante su etapa como corresponsal en París, el diario para el que trabajaba cerró. Aún así denegó el billete de vuelta a Latinoamérica que le habían comprado. Bajo esa presión escribió la historia de un coronel, que por coincidencia o no, esperaba cada viernes, en la oficina postal, la llegada de su pensión de guerra: 'El coronel no tiene quien le escriba'. "Aceptó trabajos que no eran lo mejor, pero que necesitaba para apoyar a su familia, fue director de una revista de supermercado durante unos meses", señala para sorpresa de muchos.

La novel·la inèdita de Gabriel García Márquez amb el periodista Xavi Ayén

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El Premio Nobel de Literatura llegó en 1982, ya como un escritor consagrado. "El Nobel fue algo que Márquez deseaba desde los 20 años, cuando, incluso, escribía en los periódicos colombianos donde reportaba su opinión sobre los ganadores, ganarlo le catapultó a la fama planetaria y sobre todo el estilo en que estaba escrito 'Cien años de soledad'", apunta. Aunque se le califica el título de padre del realismo mágico, Gabo odiaba esa etiqueta y solo su obra inicial se corresponde a esa escuela literaria.

Canarias, Macondo y Gabo

En la memoria de Gabo, "prodigiosa" para quienes lo conocieron, un hueco correspondía a Canarias. "Uno de sus amigos incluso me decía que recitaba las ‘Endechas a la muerte de Guillén Peraza’ que es uno de los primeros poemas de la literatura canaria y que conocía", recuerda Álvaro Santana. Pero no solo eso, en su Aracataca natal, 'Gabito', como lo llamaba su abuela, de origen gallego y de quien emana sus historia, se relacionaba con exiliados canarios. "En 'Cien años de soledad' un personaje vuelve de Europa y pasa por las Islas Afortunadas, lleva a Macondo una jaula con canarios con los que puebla el cielo de la aldea", explica.

Pero además, en ‘El general en su laberinto’, precisa que Bolívar "hablaba con acento canario". "Canarias tiene un lugar pequeño pero simbólico en el ideario de Gabriel García Márquez", apunta el lagunero. Por último, preguntado sobre si le hubiera gustado conocerlo o prefiere mantener la imagen que ha construido durante años de estudio, reconoce que no es una cuestión que le quite el sueño. "Me hubiera gustado conocerlo, pero tampoco tengo obsesión por el personaje, lo que más me ha interesado es como un niño que ha nacido en un pequeño pueblo del Caribe, en una familia pobre, termina siendo uno de los grandes escritores de todos los tiempos", culmina.

Un autor en una hora 5 | Gabriel García Márquez

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