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Cronología de una desaparición: 17 años sin Yéremi Vargas

El 10 de marzo de 2007 se le perdía el rastro mientras jugaba con sus primos en un solar cercano a su casa de Vecindario, en Gran Canaria. Casi dos décadas después, su desaparición sigue siendo uno de los grandes misterios sin resolver de la crónica negra de las Islas

Imagen de archivo de Yéremi Vargas. IG @ithasuarez

Imagen de archivo de Yéremi Vargas. IG @ithasuarez

Las Palmas de Gran Canaria

Este 10 de marzo se han cumplido 17 años de la desaparición de Yéremi Vargas. En 2007 fue visto por última vez en un descampado cercano a su casa de Vecindario (Gran Canaria) mientras jugaba con otros dos niños de su familia. Tenía siete años cuando se le perdió la pista y desde entonces todo han sido teorías sobre lo que le pudo ocurrir ese sábado.

Fue en torno a las tres de la tarde cuando solo sus primos acudieron al grito de la madre de Yéremi para que subieran a casa a comer. Cuando Ithaisa Suárez se asomó por la ventana para regañar a su hijo porque continuaba jugando, ya no estaba. Durante semanas, la desaparición del niño conmocionó a un país, que no se explicaba cómo a plena luz del día pudo desaparecer sin que nadie viera nada. Gran Canaria fue empapelada con su foto con esa característica camiseta amarilla y sus gafas. Y el grito desesperado de su familia era constante en radios, periódicos y televisiones, pidiendo que si alguien lo veía se pusiera en contacto con la Guardia Civil.

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Desaparición mediática

Se desplegó un operativo sin precedentes con cientos de efectivos y voluntarios que rastrearon la isla de punta a punta, pero nada. La familia siempre ha tenido claro que el niño no se fue por voluntad propia, sino que alguien estaba detrás de su desaparición. Y muchos se aprovecharon de eso para pedirles dinero o recompensas. Les llamaban incluso de otros países asegurando que habían visto a Yéremi a miles de kilómetros de su isla natal, y uno de estos estafadores llegó a ser detenido como sospechoso. Pero, otra vez, nada.

Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) primero centraron sus pesquisas en el entorno familiar, pero pronto descartaron esa hipótesis. Luego investigaron a cerca de 200 pederastas. Algunos, de los más buscados de Escocia; y otros, como Fernando Torres Baena, cabecilla del caso Kárate. Y, aunque parecía que el caso se desinflaba, en 2012 lanzaban una alerta sobre la que ha sido una de las principales líneas de la investigación. Pedían colaboración para localizar un Renault 5 blanco, que otro niño vio merodeando por el solar en el que Yéremi fue visto por última vez. Según contó el menor, el vehículo se adentró en la zona en dirección contraria y un hombre con gorra estaba en a los mandos del volante.

En 2015, la familia contenía la respiración cuando el Ministerio del Interior informó sobre la localización de huesos humanos en un lugar cercano a donde Yéremi fue visto por última vez. Eran restos de un cráneo, pero finalmente se comprobó que pertenecían a una mujer mayor, desaparecida previamente. Y, otra vez, nada.

Un culpable claro para la familia

Pero, justamente ese año, se localizó al dueño del vehículo que buscaba la Guardia Civil. Antonio Ojeda, conocido como El Rubio, tenía un coche similar y estaba en prisión por, presuntamente, haber violado a un niño en la misma localidad donde residía la familia Vargas. Además, algunos de los presos, que compartían celda con él, contaron a los agentes y al juez cómo Ojeda alardeaba de haber sido el culpable del secuestro de Yéremi, que tendría hoy 25 años, y aportó detalles que, según la propia madre del niño, sólo era posible que supiera su entorno más cercano como que "se puso azul", haciendo alusión a la cianosis que padecía.

Archivo del caso y reapertura

A pesar del convencimiento de Suárez y de la propia Guardia Civil, el juez cerró el caso en 2017 alegando que no había pruebas suficientes contra El Rubio y dio carpetazo al asunto. Otra vez, se desvanecían las esperanzas de la familia, que continuó luchando en los tribunales. Así, no fue hasta 2021, y con cambio de abogado de por medio, cuando la madre de Yéremi logró que el Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana decretara la reapertura de las diligencias.

Suárez, asesorada ahora el mediático abogado Marcos García Montes, declaró ante el juez instructor en noviembre de ese mismo año y presentó fotos de la cianosis que afectaba a Yerémi. Sin embargo, esa teoría ha sufrido hace escasos días un revés después de que un informe del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Las Palmas (IMLCF) haya determinado que "no hay anotaciones en los informes médicos del niño sobre la existencia de signos de cianosis". Ahora, lo único cierto es que, 17 años después de la desaparición, la pregunta de "¿dónde está Yeri?", como le dice Ithaisa, sigue sin responderse.

Ithaisa Suárez, madre de Yéremi:"Esto es un machaque diario"

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Familia marcada por la polémica

Además, hace unos días Ithaisa comunicaba que había tenido que denunciar a su hasta ahora pareja por violencia de género después de, presuntamente, haber sido víctima de amenazas y trato vejatorio. Asimismo, en sus redes sociales reconocía el problema de su otro hijo mayor, que ha tenido que ser ingresado en un centro por los problemas psicológicos que padece y que le llevan a autolesionarse.

En cuanto al padre de Yéremi, Juan Francisco Vargas, se ha mantenido en segundo plano a lo largo de estos 17 años. Sin embargo, volvió a ser noticia en 2021 cuando fue detenido por dos denuncias de agresión sexual a dos de sus hijas menores de edad. Un año después volvió a ser arrestado por presuntos malos tratos a su pareja. Ahora mismo se encuentra en libertad provisional a la espera de juicio.

 
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