Un Dreamland Gran Canaria de récord saca de la pista al Casademont Zaragoza (111-85)

Las Palmas de Gran Canaria

El Gran Canaria curó su herida de muerte en Europa con una victoria aplastante sobre el Casademont Zaragoza. Con un festival de triples y con una eficaz defensa, el equipo de Lakovic sumó su decimosexta victoria y confirma su buen rumbo en la Liga Endesa ACB. Los amarillos tiraron más de tres que de dos, dejando un récord de triples en esta competición, un total de veinte. Pierre Pelos con 22 de valoración y 19 puntos fue el mejor del encuentro.

Con dos triples de Albicy empezó el encuentro. El Casademont Zaragoza tuvo un arranque cargado de errores en ataque. En este escenario se movió bien el Gran Canria para poner un ocho a dos en el marcador. El único jugador centrado en el conjunto aragonés era Wat, que se lanzó a la caza de los amarillos con seis puntos consecutivos. Lakovic paró el partido y dio entrada a Landesberg, que correspondió a su confianza con un dos mas uno en su primera participación en el encuentro. Con el neyorquino en la pista, el Dreamland lograba la máxima diferencia en el marcador (21-11).

Slaugther enchufó su primer triple en el arranque del segundo cuarto. Porfi pedía un tiempo muerto porque el Gran Canaria se le escapaba en el partido (26-12). Como respuesta de nuevo Slaugter, que estaba montando un quilombo al Casademont, castigaba el aro aragonés con otro lanzamiento de tres. Dominaba cómodamente el Dreamland con una intensa defensa sobre su rival. El Dreamland clavó un total de nueve triples en la primera parte, Al descanso veinte puntos arriba (47-27).

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En la reanudación, el equipo de Lakovic seguía aplicando el martirio desde el tiro exterior. Cuatro triples en los primeros minutos del tercer cuarto estaban despedazando al Zaragoza (63-37). No había reacción en el equipo de Porfi Fisac, que estaba realizando un horrendo partido en ataque. ( 75-54 .minuto 30).

Con el último cuarto en juego Lucas Langarita era el que intentaba maquillar el resultado para el Casademont, pero era un verso suelto en un equipo incapaz de hacer daño al Gran Canaria. Los amarillos se dedicaron a realizar un baloncesto de control, con jugadas largas y buenas finalizaciones para que no hubiera ningún sobresalto en el resultado final del encuentro. (111-85).