Revivir los esqueletos urbanísticos
El decreto del Gobierno de Canarias sobre viviendas es una ofensiva en toda regla para trabar de embridar un mercado descontralado. Es el más ambicioso de los planes que hasta ahora se han puesto sobre la mesa para equilibrar la oferta y la demanda con más vivienda pública.
La apuesta no es solo construir o incentivar alquileres sociales, como propuso el Pacto de las Flores. Sino atacar en varios frentes la emergencia habitacional, declarándola en primer lugar oficialmente.
El paquete incluye reconvertir oficinas y locales en hogares; dividir viviendas existentes; aumentar la edificabilidad de edificios o liberar suelo. Pero quizá la medida más novedosa sea terminar las numerosas obras inacabadas que pululan por diversas islas. Eso sí que supondría matar dos pájaros de un tiro, ojalá no yerre en esta ocasión el Gobierno con la puntería.