Cuando morir es volver a nacer; así se eliminan los pinos que complicaron la extinción del incendio

Los canarios, y en especial los tinerfeños, recordamos cuando el corazón se estremeció el 15 de agosto con un incendio que se daría por extinguido casi tres meses después pero que deja una herida de por vida. La zona de nuestra infancia, de nuestros primeros paseos, de las chuletadas universitarias, de ratos de desconexión, de sentir ese amor por nuestra naturaleza. Hoy son pinos quemados, caminar entre cortezas o un olor que lejos está de ese que respirábamos y que no queríamos olvidar por la paz que nos daba. Pasear por zonas de El Rosario, La Matanza o Santa Úrsula es peligroso, implica caída de ramas, socavones inesperados o daños físicos por las heridas del material del suelo, pequeñas ramas quemadas que, aún, se resisten a romperse. Eso por ser positivo. Estar en una zona de prohibido acceso estremece hasta los oídos porque el ruido seco y cortante que produce la caída de un pino, hace tener un estado de alerta y precaución constante. Son pinos quemados, dañados desde las raíces hasta las copas y cuyo fin ha llegado. Pero no todo es negativo. Son pinos radiata, un pino de California, que fue el elegido para repoblar las mejores zonas de la isla en los años 50 cuando, el objetivo principal, era conseguir madera. No es como el pino canario, una vez se quema, se tiene que talar porque se acaba cayendo, no tiene capacidad de reproducción y únicamente nace cuando es por semilla. Su erradicación era un objetivo del Cabildo Insular de Tenerife y, este incendio, ha calcinado 571 hectáreas de 730 hectáreas que quedaban dentro de espacio protegido. El Cabildo está ejecutando diversas actuaciones en los montes y zonas afectadas por el incendio forestal que afectó a 12.000 hectáreas para facilitar y agilizar su recuperación. El área de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias ha contratado los trabajos más urgentes de la restauración del incendio a realizar entre septiembre 2023 y junio de 2024 con un total 22 empresas y una inversión de 7,5 millones de euros. Además, la Corporación insular invertirá 29 millones de euros entre 2024 y 2026 a través de un marco plurianual para labores de recuperación de monteverde y actuaciones ante el riesgo de caída de árboles y desprendimientos y ante el riesgo de erosión. Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, ha asegurado que «el objetivo de la corporación es eliminar especies que no son autóctonas y dedicar recursos a que sea reforestado con especies autóctonas de las islas como los pinos canarios, el monteverde de fayal o brezal». Asimismo, ha garantizado que la especie radiata «dio muchísimos problemas durante el incendio por la propagación rápida que tenía». Además, Dávila reconoció que «la afección del incendio a esta especie fue muy grande y nos va a ayudar a erradicarla». La presidenta insular pide a la población prudencia, precaución y «seguir las indicaciones de las autoridades». «Lo prioritario es habilitar las pistas forestales y todo lo que esté en su entorno pero no podemos adentrarnos en montes que no están señalizadas las pistas porque el riesgo que entraña es muchísimo», ha recalcado. Lope Afonso, vicepresidente insular y el Consejero de Turismo de Tenerife, ha recordado que «en la página web del Cabildo Insular, en el apartado del Medio Natural, y en la herramienta móvil Tenerife-ON se actualiza constantemente la información que tenga que ver con la ampliación, mejora o cualquier incidencia de los senderos que son utilizados para recreo, deportiva u otros aprovechamientos que se puedan dar en los montes». «Seguimos trabajando en garantizar la seguridad de quienes quieran disfrutar de estos espacios pero toca prudencia», ha concretado. El jefe de servicio técnico de gestión forestal del Cabildo de Tenerife, Pedro Martínez, ha explicado el análisis realizado en las zonas dañadas. Este se reparte en «zonas muy dañadas sin accesibilidad; zonas que no son prioritarias porque el incendio entró lento y la propia hoja protege el suelo y zonas en las que se están llevando a cabo actuaciones de emergencia». Martínez ha comentado que «el pino radiata fue el que más preocupación y problemas dio durante el incendio y el que más reactivaciones provocó por la pavesa y las caídas de las ramas». Además, ha remarcado que «hay zonas inaccesibles en Santa Úrsula y en zonas del sur». El técnico insular ha detallado que se están llevando a cabo labores de restauración de suelo; las fajinas. «Consiste en crear barreras transversales, con pequeñas ramas, que cuando llueva frene la velocidad del agua y deje parte del suelo lentamente antes de llegar al cauce», ha explicado. Esto se realiza con materiales propios que se extraen de la vegetación quemada o de las piedras. En estos trabajos, ha adelantado que la zona más tratada es el Valle de La Orotava. «Es el trabajo que hacía antes la vegetación y el suelo», ha finalizado. La técnico del Cabildo Insular, Adela Conde, ha explicado cómo se está llevando a cabo la erradicación del pino radiata. El trabajo no es sencillo. Los motoserristas no pueden cortar pinos que pueden originar peligro o no se sabe a qué lado caerán. Ahí comienza un trabajo en cadena al mando de tres principales equipos: «Los equipos están aquí gracias a que previamente se venía realizando un trabajo de repoblación por lo que estaban preparados», ha comentado la técnico tras comprobar el trabajo que realiza cada uno de ellos. «La labor es segura para el operario porque cuenta con una cabina reforzada que, en caso de caer hacia un lado que no debería, no le pasaría nada», ha afirmado.

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Un total de 20 empresas trabajan para garantizar la apertura de las zonas de monte devastadas tras el incendio y repoblar las zonas quemadas

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