Sociedad

Las consecuencias de la violencia en el desarrollo de los niños

Ser ejemplares en la conducta ayudará a conformar generaciones más respetuosas

Niños jugando al fútbol(Getty Images)

Canarias

Al hilo de los recientes acontecimientos sucedidos en El Tablero, con resultado de heridas graves, violencia física y supuesta violencia verbal; agresiones en el partido del Valeriana, con los insultos de un niño al árbitro por no entender sus decisiones profesionales; también altercados en el Marino-Laguna hace menos de una semana... ejemplos ya infinitos que se extienden al territorio nacional y que, en este caso, ocurren en el ámbito deportivo, aunque lo trascienden a todos los de la vida.

En ambientes de gran competitividad, debe ser prioritaria la gestión de emociones

Los expertos aseguran que, en concreto, el ámbito deportivo y los deportes como el fútbol originan situaciones de extrema competitividad en donde la gestión de emociones es esencial para evitar ciertas situaciones indeseadas. Pero, en ocasiones, son los propios referentes los que provocan esos mencionados desencuentros. 'Si el modelo referencial, en este caso el padre, la madre o el entrenador, se comporta de determinada forma violenta, le estamos dando la potestad al menor de hacer cosas violentas', asegura Francisco Batista, psicólogo deportivo. 'Si encima esto lo hace de forma frecuente, le ofrecemos la mala enseñanza de que es una manera correcta de proceder', añade.

La manera de resolver los conflictos se reduce a una. 'Discriminamos toda posibilidad intelectual de solucionar las discrepancias'. Para Batista, la solución pasa por el diálogo, la asertividad, la regulación y el control de las emociones. 'Si no tenemos cuidado con esto, podemos provocar que haya pocas habilidades comunicativas y sociales en el futuro adulto y no se integrará adecuadamente en los distintos contextos', nos cuenta Batista.

Esto ocurre más en ámbitos donde la violencia se normaliza, su modo de demostrarse se suaviza ante los adultos o son estos mismos los que profieren insultos, hablan de una manera poco respetuosa o incluso llegan a pegar a quien no piensa como ellos. 'Por un hecho aislado, un niño puede sufrir un impacto. Aunque está claro que en ambientes donde se genera o se propicia la violencia, lo sufrirá a largo plazo sin lugar a dudas'.

UNICEF ha realizado un estudio en el que se concluye que aquellos que han sufrido maltrato durante un período de tiempo, presentan menor desarrollo que otros niños de su misma edad. El estrés que supone exponerse a este tipo de situaciones puede alterar literalmente la evolución del cerebro y las emociones las gestionará en base a lo que conoce.

Si los métodos son regulares en casa, por ejemplo, 'tienen mayor probabilidad de mostrar una menor autoestima y peores resultados académicos, son más agresivos, más proclives al abuso de drogas'.

La solución: el diálogo, evitar la violencia en todos los ámbitos de la vida con educación desde la base, y promover, en el deportivo, el compañerismo y el respeto.

 
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