Hoteles sobre dunas o cómo legalizar lo ilegalizable

Canarias

Los espacios dunares son de una belleza embriagadora y se cuentan con los dedos de la mano. En Canarias hay varios y, sobre uno de ellos, sobreviven viejas infraestructuras alojativas que nunca debieron ser construidas en las dunas de Corralejo. En 2008, al año siguiente de obtener la concesión, la empresa hotelera realizó obras, presuntamente de mantenimiento, pero que reiteradas inspecciones y numerosos informes de los ministerios de Transición Ecológica y Obras Públicas, además de la Abogacía del Estado, han constatado que "no son legalizables". Todos sostienen que "está probado" que "se edificó una nueva planta y nuevas instalaciones, incluidas un SPA con jacuzzi y una piscina circular".

Han pasado quince años desde entonces y un proceloso procedimiento administrativo en el que la empresa hotelera primero ni contestaba; después alegó indefensión y, por último, ha negado la competencia del Estado porque Costas han sido traspasadas a Canarias. El asunto es tan grave, que hasta la Comunidad Europea ha abierto un procedimiento de infracción por posible incumplimiento de la concurrencia, al ganarse camas y espacio comercial sin autorización. Aún así, el presidente de Canarias ha dicho hoy que los hoteles sobre los que pesa el expediente de fin de caducidad: "Están, siguen y van a seguir".

El 28M está a la vuelta de la esquina y cientos de empleos penden de esta decisión. Pero más que un mensaje de calma, el máximo representante de Canarias ha enviado un mensaje inquietante: ¿Va a legalizar el Gobierno de Canarias una ilegalidad? ¿Y cómo piensa hacerlo? Se dice con asiduidad que es la economía, y no la política, la que gobierna el mundo. Y hay casos, muy locales, que parecen dar la razón a quienes creen que hay empresas que nos quieren gobiernar; y gobiernos que se dejan presionar por ellas. Anteponiendo si es necesario el precio, al valor de nuestras mejores riquezas naturales.