"Tras el terremoto, mi familia vive con los niños en un coche": El sufrimiento de una refugiada siria en Canarias
Samar Kaber, que reside desde hace 7 años en la capital grancanaria, teme por la situación de su familia que se encuentra en una de las zonas desvastadas por el terremoto
Samar Kaber: "Tras el terremoto, mi familia vive con los niños en un coche"
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Las Palmas de Gran Canaria
"Mi familia está en calle, con los niños viviendo en un coche desde las cuatro de madrugada del domingo", es el duro testimonio de Samar Kaber, que salió hace 7 años de la ciudad costera de Tartús, en Siria, y reside desde entonces en Las Palmas de Gran Canaria donde trabaja en una academia de inglés. Huyó de la guerra del régimen de Bachar Al Assad y ahora sufre desde la distancia el dolor de las consecuencias del terremoto registrado el pasado domindo.
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Esta joven de 39 años, asegura que "la situación es muy triste, la gente está viviendo en la calle con temperaturas por debajo de los tres grados". Samar, prácticamente no duerme porque las comunicaciones está resultando ser muy complicadas, pendiente en todo momento de cualquier novedad sobre su familia con la que tiene apenas noticias a través de los escasos mensajes que se intercambian por Whatsapp. Sus primos segundos no han tenido tanta suerte, y algunos de ellos han fallecido bajo los escombros. El terremoto ha destruído la casa de sus hermanos, que desde el lunes están en la calle con sus hijos viviendo en coches y huyendo de los edificios más inestables.
Las víctimas no dejan de aumentar
Aseguró en la SER, desde que el gran terremoto de magnitud de 7,5 grados, se han registrados 400 pequeños sismos, aunque ha habido otros temblores más intensos por encima de 7 grados lo que ha provocado el derrumbamiento de nuevos edificios que se encontraban ya en una situación crítica. De hecho, su familia intentó regresar a lo que quedaba su vivienda pero tuvieron que desistir porque el inmueblo colapsó por las fuertes réplicas registradas.
Mientras tanto, el balance de víctimas no deja de crecer. A medida que van pasando las horas es mas difícil encontrar a personas con vida. Las bajas temperaturas provocan hipotermias y se puede estar más tiempo sin comer pero no sin beber. Sólo en Turquía se eleva a al menos 7.108 personas han muerto, mientras que en Siria hay alrededor de 2.500 fallecidos, mitad de ellos en zonas controladas por los rebeldes, el resto en áreas bajo control del régimen. Tartus, ha sido una de las ciudades menos golpeadas por la guerra que cumple doce años, aunque sus consecuencias se notan. El gran terremoto del domingo ahonda aún más la precaria situación en la que se encuentran los ciudadanos de ese país. "No hay medios para ayudar a las personas atrapadas bajo los escombros como en Turquía", se lamenta .
La impotencia de la población
Samar, describe la impotencia de la población cuando "escucha a niños gritando bajo los edificios, no hay medicinas, la gente no sabe a donde ir" sin que haya medios para levantar los pesados escombros bajo los están sepultados. La solidaridad entre las personas damnificadas por esta catástrofe natural es el único apoyo con el que cuentan. "Se ayuda entre ellos a diferencia del Turquía" que cuenta, no sólo con recursos propios para desescombrar, sino también con el respaldo de la cooperación internacional, una ayuda que en Siria es mucho más escasa por los vetos de numerosos países al régime de Al Assad.