"No teníamos ni un puto duro": Argelio, el alcalde rockero del pueblo más remoto de España

La Palma

Argelio Hernández tiene el pelo blanco y las hechuras robustas propias de un hombre del norte de La Palma. Fue alcalde de Barlovento cinco legislaturas, desde el año 1983 hasta 2001, y todavía los vecinos le paran por la calle para que vuelva a ocupar la alcaldía que ejerció con una vocación interminable y una personalidad inimitable. Introdujo muchísimas mejoras en la localidad más remota de la isla de La Palma, entre ellas, la guitarra eléctrica. "No teníamos ni un puto duro, la luz eléctrica casi no había llegado a Barlovento cuando decidimos comprar los instrumentos y ponernos a tocar", explica Argelio sobre los orígenes de aquel grupo de pop-rock llamado Galaxia.

Además de Argelio, el grupo lo forman Víctor Pérez, Vicente García, Clemente Ortega, Gerardo Hernández, y Sotero Concepción. Juntos se subieron a finales de los sesenta en el barco Santa María de las Nieves y marearon como piojos hasta llegar a Tenerife para comprar los instrumentos, aunque no tenían ni idea de cómo se tocaban. "Yo tenía unas nociones básicas de solfeo, pero no teníamos ni idea de cómo funcionaba aquello, éramos totalmente autodidáctas, hicimos aquel viaje en barco a la tienda MusiCanarias, en Tenerife, donde único vendían intrumentos, y lo hicimos por puro amor a la música", explica el alcalde.

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Los instrumentos costaron la talegada de cuatrocientas mil pesetas. Argelio pudo reunir el dinero gracias a un préstamo que pidió su padre a los propietarios de la finca de plátanos en la que trabajaba. "Como no sabíamos afinarlos lo primero que hicimos fue romperle una cuerda al bajo", rememora Argelio entre carcajadas. Y con la cuerda rota pero con la voluntad intacta, empezó el viaje de Galaxia por los bailes, guateques, bodegas y "asaltos prolongados", como se llamaban por entonces las verbenas de la juventud palmera. "Estamos hablando de los años sesenta, tocábamos versiones de los Beatles, los Rolling Stones, lo Brincos o Fórmula V, fue una época dorada de la música y disfrutamos que da miedo", explica Argelio.

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Galaxia está a punto de cumplir medio siglo y todavía siguen juntos y tocando en los pueblos de la isla

Quedan pocos registros de las modestas actuaciones de esta Galaxia cuyas conciertos son, haciendo honor a su nombre, como estrellas fugaces. Sin embargo, con motivo de los veinte años del grupo decidieron grabar un cassete con sus mejores temas. "No teníamos ningún recuerdo sonoro de la época y decidimos grabar un cassete. Estamos idénticos, casi no se nos ven las arrugas", ironiza mirando la portada del cassete casi treinta años después. Aunque el grupo ha pasado largos periodos sin actuar, nunca han apagado completamente las guitarras. "Ahora hemos vuelto a tocar, cincuenta años después. No es nada profesional ni esa ha sido una pretensión nuestra jamás. Yo ya estoy jubilado y hasta que dure", explica Argelio, que piensa morirse con la guitarra colgada.

Argelio Hernández compaginó su labor como alcalde con el amor por la música y hoy tiene una reclamación: hay que apostar por la música en directo

Aunque hace muchos años que dejó la política, Argelio sigue siendo el alcalde con mayúsculas. "Tú sabes que en los pueblos se critica todo, pero bueno", ironiza sobre la opinión de sus vecinos acerca de su vertiente rockera. "Lo que sí quiero dejar bien claro es que los ayuntamientos deberían apostar por la música en vivo y en directo. Hoy voy a las verbenas de los pueblos de La Palma y lo que me encuentro es a un señor con una pianola y un pendrive. Eso no es música, eso es otra cosa", critica Argelio. El alcalde de Barlovento apela a que las instituciones apoyen la música en directo y a los jóvenes de la isla que saben tocar y se agrupan para salir adelante. "Ya está bien de contratar pendrives, hay que apostar por la música y por los músicos", concluye.

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Durante sus diecisiete años de mandato, Argelio Hernández aprobó el primer y único Plan General que ha tenido el municipio. Implantó el Área Recreativa de La Laguna de Barlovento y puso en marcha la Casa de la Cultura, el Patronato de Cultura Municipal y la banda de música con clases de solfeo e instrumentos. Además, implantó la red de riego municipal y creo las piscinas naturales de referencia en la isla de La Palma, la Fajana de Barlovento, con terrazas y restaurantes. Puso en marcha un centro médico cerrado desde los años sesenta, impulsó escuelas unitarias y además, aceró, alumbro y ajardinó todas las calles del municipio, que antes de su llegada eran caminos de tierra y barro. En definitiva: creó, modernizó y popularizó un lugar precioso que antes de su llegada era un pueblo fantásma.