El kilo de viejo
El comentario de Juan Carlos Castañeda en Hoy Por Hoy La Portada
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El comentario de Juan Carlos Castañeda: El kilo de viejo
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Santa Cruz de Tenerife
Aprecio tal grado de insensibilidad con nuestra gente mayor que, de manera hiriente, me atrevo a preguntar a cuánto está el kilo de anciano. Son noticias, como lo fueron en el mandato de Paulino Rivero y les contamos en esta casa, los mayores que ocupan camas hospitalarias, que cuentan con el alta médica y que, en consecuencia, deberían estar instalados en centros sociosanitarios que evidentemente no ocupan por manera insensible, calculadora en mano, se echan números convertidos en euros, que hacen que la peña clame al cielo al conocer el importe diario de esa cama hospitalaria ocupada por un dependiente, o por un mayor al que su familia nunca volvió a recoger al hospital.
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Conclusión: los viejos son un problema con un añadido económico, porque hablamos de dinero público. Ese mismo que se gasta en asuntos superfluos ante una apatía ciudadana que, en este caso, no se escandaliza por el importe y la finalidad de esas frivolidades como sucede con la alteración de ánimos por el importe de los mayores o dependientes que ocupan una cama hospitalaria.
Excepciones y justificaciones claro que existirán en determinados casos concretos, pero la realidad es que el desapego hacia nuestra gente mayor es una característica de la sociedad y de los tiempos actuales. Me decía ayer una oyente especializada en esta materia que tenemos que hacer pedagogía para luchar contra la desconexión que tenemos con las personas mayores, y que por esa vía hay que propiciar la desmitificación de los centros de sociosanitarios como aparcaderos de personas dependientes y de mayores. No le falta nada de razón a la referida interlocutora, pero la verdad es que los mayores poco importan, planteamiento que reforzamos intentando olvidar que nosotros también seremos viejos.
Que se engañe el que quiera, pero el almanaque hablará de manera incuestionable. es cuestión de tiempo. A cuánto estará el kilo de viejo dentro de unos años deberíamos preguntarnos, antes que seguir engañándonos esquivando al futuro con la mirada orientada hacia otros lados.