Sobre las consecuencias de la debacle andaluza
Santa Cruz de Tenerife
Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y es cierto: tras el batacazo electoral de Andalucía, reconocer la situación y amagar con algo de autocrítica habría sido mejor fórmula que mandar primero a Lastra y luego a los ministros a decir sandeces peregrinas sobre si Juanma Moreno es el PP o es una ilusión, un ectoplasma. Y para rematarla, salir después él propio Sánchez negando que exista un cambio de ciclo, a asegurar que lo que ha ocurrido de Despeñaperros hacia abajo no tiene nada que ver con lo que de verdad ocurre en este país. “No es extrapolable”, ha sentenciado. Porque Andalucía no es España, al parecer.
Pero Andalucía sí es España. No toda España, pero sí una parte importante. Como lo son Castilla-León, Madrid y Galicia. Regiones donde el PP lleva dos años ganando ininterrumpidamente una elección tras otra. En todas ellas, creciendo mientras el PSOE baja, y en tres de ellas, logrando mayorías absoluta, a pesar de la existencia de Vox. Las cuatro regiones sumaban en 2021 casi veinte millones y medio de habitantes, más del cuarenta por ciento de los 47.400.000 que viven en toda España. Es cierto que hay regiones donde es difícil que el PP pueda obtener buenos resultados en unas elecciones generales, como el País Vasco y Cataluña, pero también es bastante probable que en el resto se repliquen de alguna forma los resultados andaluces y el PP acaba creciendo en todas.
La cuenta atrás ha comenzado tras la resaca, y ahora saltarán las desafecciones: es un proceso conocido y testado. Sánchez percibirá en las próximas semanas que sí hay un cambio de ciclo, cuando algunos de los que le han apoyado desde el partido, los sindicatos, el mundo empresarial y los medios comiencen a alejarse silbando.
Esa huida va a ser también muy visible en las regiones y ciudades. Si quieren una muestra local del fenómeno de salir corriendo, nada mejor que observar la deriva de Román Rodríguez: después de tres años manteniendo un discreto silencio ante los errores, dejaciones y atropellos del Ministerio de Hacienda, su rápido y agresivo distanciamiento de Sánchez y de las políticas del PSOE nacional va a ser muy llamativo en las próximas semanas y meses. Se admiten apuestas.