Tiritas contra hemorragias
Santa Cruz de Tenerife
No se puede parar una hemorragia con tiritas. La afirmación es un obviedad, y hasta una tontería, desde el punto de vista sanitario. Pero no desde el socioeconómico, que es el ámbito al que la ha aplicado la viceconsejera Gemma Martínez. La tirita es su departamento, Derechos Sociales, y la hemorragia, la realidad social de Canarias, esa que describe Cáritas en sus informes. Y tiene más más razón que un santo (una santa en este caso).
El problema es estructural, histórico por tanto. Y sin un cambio de modelo económico cualquier intervención será una medida paliativa. Para calmar el dolor al enfermo: es decir, el excluido social o el trabajador pobre. Pero no para prevenir que siga habiendo pacientes afectados por la misma enfermedad.
Solo el Gobierno puede cambiar estructuras. Si acierta en sus decisiones y si tiene la valentía de lidiar con el lobby turístico que solo quiere más y más visitantes. Y es que dejar "una Canarias mejor requiere", como augura Ángel Víctor Torres, requiere dejar "una Canarias distinta". Y esa alternativa, todavía no se vislumbra en el horizonte.