Mayores, no inútiles
La Mirada de Marta Cantero
Santa Cruz de Tenerife
La pandemia puso el foco sobre la situación de nuestros mayores. Sobre la mala o nula atención que les hemos prestamos, pese a deberles, literamente, la vida. En las residencias, públicas o privadas, en las que ingresamos a una buena mayoría de nuestros ancianos y ancianas, muchos fallecieron de COVID. Y buena parte del resto permanece en centros que responden a un modelo viejo, centrado en mantenerlos con vida cubriendo sus necesidades básicas. Y no en promover un envejecimiento activo, en el que, bien cubiertas éstas, sigan alimentado su espíritu, su ánimos, las ganas de vivir. Todo menos desacharlos como trastos averiados. Porque el problema, no nos engañemos, no es de infraestructuras, sino de cultura. Si no prestamos valor al conocimiento y la experiencia, ¿Qué nos queda?