Rafa Benítez: "El ambiente y los resultados nos fueron dando confianza"
Para el exblanquiazul, Tenerife fue "reto, satisfacción y trampolín" en su carrera como entrenador
Santa Cruz de Tenerife
Diez victorias a domicilio, 19 porterías a cero, solo 32 goles encajados y un total de 20 triunfos forjaron un ascenso ganado a pulso. «Partido a partido», verbalizó Rafa Benítez mucho tiempo antes de que Diego Simeone popularizara la expresión. Sus registros están de actualidad por un motivo feliz: el Tenerife de Ramis empieza a batir sus registros.
¿Qué significó el CD Tenerife para usted?
En principio era un reto, luego fue una satisfacción y posteriormente un trampolín. El tiempo que pasé en la Isla con mi mujer y mi hija pequeña fue inolvidable, tanto a nivel personal como profesional. Estuve muy bien allí y conservo grandes recuerdos.
¿Recuerda cómo se produjo su fichaje?
Mi agente en aquel momento, Manolo García Quilón, tenía contacto con el presidente, Javier Pérez, y con el director deportivo del club, que era Santiago Llorente. A través de sus amigos en el mundo del fútbol, Santi tenía referencias personales y profesionales sobre mi persona. Eso facilitó las cosas.
¿Se planteó el ascenso como objetivo o era una utopía en el momento de firmar?
Al llegar no descartas ese objetivo, pero el equipo venía de una situación muy difícil, con muchos jugadores que tenían que salir y por eso, si querías hacer las cosas bien, no podías hablar de ascenso directamente, sino de aspirar al ascenso a través del trabajo bien hecho. Eso era lo que tratábamos de ofrecer: pensamos en cada partido como único objetivo. Recuerdo que un sábado jugamos en casa, empatamos con el Recreativo y se vio como un fracaso; al día siguiente fallaron nuestros rivales directos y ya teníamos un punto más con un partido menos. Situaciones como aquella nos ayudaron a no dejarnos llevar y a seguir trabajando duro. La ambición fue el denominador común en la confección de aquella plantilla.
¿Qué se encontró en el momento de iniciar la pretemporada con el grupo?
Fue clave formar un grupo con ganas de triunfar, de hacer las cosas bien, de tener éxito. Tanto los jugadores como el cuerpo técnico queríamos demostrar nuestra valía; y el ambiente y, por supuesto, los resultados nos fueron dando cada vez más confianza.
¿Cuál fue el fichaje en el que depositó más esperanzas?
Sinceramente, no pensé en nadie en concreto, estaba muy contento con todos, con su actitud y su calidad, tanto a nivel futbolístico como humano.
El año entero fue complicadísimo por la altura de los rivales y también por las dificultades extradeportivas en los comités. Aquellos episodios fuera del terreno de juego, ¿sirvieron como elemento de cohesión?
De alguna manera sí, creo que sí, no solo entre los profesionales implicados directamente, sino entre nosotros y con la afición. Toda la Isla se unió para defender aquello que estábamos ganando merecidamente en el campo.
¿Tuvo en algún momento la impresión de que la España mediática iba claramente con el Atlético y otros equipos tal vez más históricos como Sevilla o Betis?
En aquel momento yo tenía mucha información por mis conexiones en Madrid; evidentemente, era una situación muy complicada y por eso insistía continuamente en hacer las cosas lo mejor posible para no dar ninguna excusa a nadie. Recuerdo una reunión entre Felipe Miñambres, el presidente y yo hablando del tema Barata y de los siguientes pasos a dar. Tanto Felipe como yo confiábamos plenamente en la plantilla y no queríamos fichar jugadores ni tampoco arriesgar alineándole [a Barata]. Sabíamos que teníamos razón,pero... por si acaso.
¿Cómo vivió el partido de Butarque? Hasta que se produjo el gol de Hugo, ¿llegó a pensar que el ascenso podría complicarse?
Claro que sabíamos que sería complicado y el desarrollo de los últimos partidos nos confirmaba que la cosa iba a ser muy difícil. Llegar a ese partido, con el Atlético de Madrid jugándose el ascenso con nosotros y en Madrid, era algo impensable al inicio. Recuerdo nuestro partido, el ambiente antes, durante y por supuesto después. Hubiera parecido que jugábamos en el Calderón sino hubiese sido por el aliento de nuestros aficionados desplazados allí. Fue un día inolvidable. Aún tengo fresco en la memoria el gol y he bromeado alguna vez con Fernando Torres sobre ese partido. Son buenos recuerdos.
¿Y por qué no siguió?
La oferta del Valencia era imposible de rechazar. Pese a lo bien que estaba en la Isla, si te llega un equipo del nivel del Valencia, siendo yo un entrenador joven y con ganas de competir por títulos, no puedes decir no. Recuerdo que cuando mi agente me preguntó cuánto quería ganar le dije que no me importaba. Lo que quería era tener la posibilidad de ganar. En ese momento no sabía lo que vendría despuésen todo caso me fui con mucha ilusión y por supuesto mucho cariño por el Tete.