Los vigilantes de seguridad anticipan una temporada de saturación en los aeropuertos baleares
Critican que las plantillas se estancan mientras crecen los usuarios cada año. Echan en falta casi doscientos empleados en Palma y unos setenta en Ibiza y Menorca

Colas en el aeropuerto de Palma

Palma
Los vigilantes de seguridad de los aeropuertos de Baleares temen y anticipan una nueva temporada turística con falta de personal. Critican que las plantillas siguen siendo las mismas de años anteriores en un contexto de saturación, batiéndose récords de llegadas una y otra vez.
Durante 2024, Palma alcanzó la cifra más alta de su historia en tráfico de viajeros, con más de 33 millones, según AENA. También en Ibiza y Menorca se registró el mayor pico nunca visto, con más de nueve y cuatro millones, respectivamente. Si unimos estos números a la previsión del Govern de que el turismo en Baleares aumentará alrededor de un 4-5% durante esta temporada, la perspectiva de los empleados de seguridad en los aeropuertos es la de vivir "uno de los veranos más duros".
Miguel Sañudo, secretario general de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada del sindicato USO, lamenta que "los pasajeros aumentan año tras año, pero las plantillas siguen siendo las mismas, incluso menos para esta ocasión".
Según el propio sindicato, Son Sant Joan cuenta con 320 empleados de seguridad en temporada baja, cuando harían falta 50 más. Lo peor llega en temporada alta, cuando se alcanzan los 410 empleados cuando realmente, dicen, se están necesitando 600.
En el caso de Ibiza, cuenta con 75 trabajadores en temporada baja, cifra suficiente, estiman en USO. No es el caso cuando llega la temporada alta, cuando aumentan a 110 de los 150 necesarios. En Menorca ocurre lo mismo, pues con 50 empleados de seguridad tienen suficiente para efectuar los controles como corresponde durante la temporada baja. Cuando el tráfico aumenta, hacen falta 120, pero se quedan en 90.
La falta de contrataciones tiene su origen, especialmente, en las condiciones de vida que ofrece Baleares, con un precio de la vivienda que ya no atrae a trabajadores que habitualmente han venido a hacer la temporada en los aeropuertos.
"Al menos en Mallorca la temporada es más amplia, pero ¿quién va a querer ir a Ibiza cuatro meses a trabajar para dejarse el 60% del salario en la vivienda y el resto, en el resto de gastos?", se pregunta Sañudo.
Eso provoca que las condiciones de trabajo no sean atractivas ya que "aumenta la carga de trabajo y las horas extra están a la orden del día". Además, las pocas contrataciones que consigue hacer Trablisa, empresa concesionaria del servicio, es de gente que "se pluriemplea para tener algo más de ingresos".
El papel de Aena, denuncia Sañudo, es el principal problema. Lamenta que la prioridad de la empresa pública, por encima de la seguridad, sea la de "dar una buena imagen y evitar el descontento si se forman colas".
"Por norma de AENA, se sanciona a la empresa si un pasajero está más de siete minutos en la cola. En verano, con tantos pasajeros, los controles se relajan. Eso es una realidad y una aberración", ha critica.

Sergio Zabala
Madrid, 1992. Se graduó en Periodismo por la Universidad de Málaga. Su primer contacto con la profesión...