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2-1. La séptima más sufrida del Ibiza

Ramón Juan salva a los celestes al detener una pena máxima en la recta final del choque

Celebración de uno de los goles / UD Ibiza

Celebración de uno de los goles

Ibiza

La banda de Paco... Jémez ya tiene un hueco en la historia de la UD Ibiza. Ha encadenado siete triunfos seguidos en la competición liguera, algo que el club ibicenco no había logrado hasta ahora desde que ascendió de la Tercera División a una categoría superior.

Y ganar tantas veces seguidas cuesta y mucho. Este sábado, la UD las ha pasado moradas y ha tenido enfrente a un rival que le ha complicado mucho la vida, no se ha rendido pese a verse con dos goles en contra y ha estado cerca de aguar la fiesta celeste.

Ramón Juan ha estado providencial al detener una pena máxima a los 83 minutos. Pero el gris segundo tiempo local, dando el partido por liquidado, es un aviso a navegantes de que para llegar al paraíso no hay que dar tregua ni dejar crecer a los adversarios.

La afición ibicenca no ha llenado el Palladium Can Misses, pero si que ha respondido al llamamiento del club para que se viera la mejor entrada en mucho tiempo en el estadio ibicenco, 3.473 espectadores. Ha vivido una fiesta en el primer tiempo, pero se ha marchado con el susto en el cuerpo.

Jémez había avisado de que el Yeclano no sería una perita en dulce y no se equivocó. El conjunto murciano está en la zona baja de la clasificación, pero para ganarle hay que picar piedra. Se ha ordenado detrás de la pelota nada más darse el pitido inicial, con ayudas para tapar los extremos, la gran amenaza de la UD y con los futbolistas escalonados para que los locales no encontraran tampoco huecos para generar juego por dentro.

El plan visitante ha salido bien durante 35 minutos porque el Ibiza también ha puesto de su parte. Con una circulación de balón más lenta, sin darle ritmo al juego, ni inspiración individual. Ni Bebé ni López-Pinto podían encarar, ni Gallar veía espacios para desequilibrar a un equipo muy bien plantado, ni recibía un balón en condiciones Mo Dauda.

Los celestes interpretaban bien la presión en campo rival, para robar enseguida el esférico, el Yeclano apenas ha pasado del medio campo en esos 45 minutos, pero otro cantar era generar desequilibrios y buscarle las cosquillas a la poblada defensa visitante

Así que la afición que venía con ganas de fiesta no subía los decibelios porque el Ibiza no daba motivos. No fue capaz de generar una ocasión clara más allá de un disparo lejano de López-Pinto tras una mala salida del portero Iván, que estuvo a punto de colarse en su portería.

El sopor duró 35 minutos, los que tardó el entrenador local en salir de su banquillo y decirle a los suyos que andando no se gana a nadie. Ya había cambiado de banda a sus extremos y fue todo un acierto. Quien pareció darse por aludido fue Bebé, hasta ese momento apagado, que volvió a mostrar que es un futbolista diferencial en esta categoría.

En la recta final del primer tiempo fue como si hubiera tocado la corneta el séptimo de caballería porque se desataron las hostilidades y llegaron las oportunidades claras. Inició el bombardeo Bebé con un disparo lejano que dio en el palo y se encontró Iván. Después el caboverdiano que se había cambiado a la banda derecha protagonizó una gran acción individual, mareando a su par y con un disparo lateral que volvió a estrellarse en la madera.

Y en plena oleada ibicenca otra vez Bebé progresó por su banda y su centro lateral lo remató con la pierna derecha José Albert para mandar el balón a la red. Primera diana del lateral zurdo con la camiseta celeste.

El Ibiza olió sangre, Pau Pérez, perdió un balón en una zona donde está prohibido hacerlo, robó Mo Dauda, que vio la llegada de Gallar, y el disparo raso del mediapunta celeste se convirtió en el segundo tanto local. Cinco minutos con la quinta marcha con un botín de dos goles.

El Yeclano se fue a vestuarios pensando que había ahogado al Ibiza en el primer tiempo, pero que le dejó respirar y esto es un mal negocio a estas alturas de la temporada.

Pero los visitantes no se dieron por vencidos, su entrenador fue valiente y estuvo cerca del premio, que mereció en el segundo tiempo.

Con un triple cambio ofensivo tras el descanso, el Yeclano buscaba el gol que le metiera en el partido. Naranjo, uno de los futbolistas de recambio lo tuvo cerca tras un saque de esquina que se marchó alto y el Ibiza gozó también de una buena ocasión con un disparo de López-Pinto que rechazó con una palomita Iván.

Todo parecía bajo control, pero, faltaba la tensión, la intensidad en las acciones y no se puede cantar victoria antes de hora.

De repente cambiaron las tornas. Mounir retó en una carrera por la banda izquierda a Guillem Molina, que no pudo frenarle y tras pisar área asistió a Juanje que mandó el balón a la escuadra. Un golazo y media hora por delante.

Al Ibiza le flojearon las piernas, algo que no habíamos visto en las últimas semanas y llegaron los nervios, porque además, algunos jugadores que tenían que coger la batuta no aparecían y la cosa empeoraba. Una falta de entendimiento entre Molina y Unai Medina a la hora de achicar dejó a Mounir solo delante de Ramón Juan que salvó el empate.

El Yeclano se hizo grande y Jémez intentó reactivar a los suyos con un triple cambio, dando entrada Astals, Eugeni y Zarzana por Gallar, Bebé y Unai. Tampoco mejoraron las cosas con las modificaciones y el Ibiza seguía con su fútbol deslabazado e impreciso, que solo se activaba con alguna conducción de Zarzana mal finalizada.

No estaba cómodo el equipo local en el campo, desconocido, incapaz de gobernar el choque, con poca posesión, en terreno inocuo, sin llegadas peligrosas al área rival. Se mantenía la incertidumbre en la grada cada vez que los de Yecla llegaban a las inmediaciones de la portería ibicenca.

El entrenador local seguía sin verlo claro y trató de asegurar su defensa sacando a Monju, porJosé Albert. En la primera acción del central de la UD tocó el balón con la mano y el colegiado no lo dudó y señaló el punto de penalti. Naranjo fue el encargado de lanzarlo y Ramón Juan le adivinó el lanzamiento y rechazó el balón entre el estallido de alegría de la parroquia ibicenca.

Hubo que sufrir todavía, porque el Ibiza era incapaz de defenderse con la pelota y el Yeclano tuvo un par de lanzamientos de falta con todo el Ibiza metido en su área. No sacaron provecho los visitantes del balón parado y el Ibiza tampoco supo sentenciar en una última acción de Zarzana que no atinó con su remate.

Con nervios y pidiendo la hora, pero se cumplió el objetivo, ganar, que por si quedaban dudas, cuesta y mucho. Aunque tras el sufrimiento saben mejor los triunfos. El Mambo número 8 espera en el horizonte.

Joan Tur

Joan Tur

Redactor Radio Ibiza SER y jefe de SER Deportivos Ibiza. Desde la década de los 90 en la cadena. ...

 

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