Los pescadores de las Islas arrancan este lunes dos días de huelga: "En diez años no habrá sector pesquero balear porque no habrá consumo local"
Las barcas permanecerán amarradas tras conocer que la UE baraja implantar en el Mediterráneo occidental un máximo de 27 días al año de salida a faenar
Barcos de pesca amarrados en el Port de Andratx. EFE/CATI CLADERA / CATI CLADERA (EFE)
Palma
Este lunes comienza la huelga de pescadores en Baleares, cuyas embarcaciones permanecerán amarradas durante dos días en protesta por las nuevas cuotas de pesca que la Unión Europea baraja implantar en el Mediterráneo occidental, con un máximo de 27 días al año de salida a faenar. Algunos de los trabajadores han expresado en la SER su descontento, como Joan Antoni Suau, patrón mayor de la Cofradía de Pollença. Con 33 años de experiencia en el sector, ha vivido todo tipo de protestas y agravios y opina que "de aquí a diez años no habrá sector pesquero balear, ya que no se consumirá producto local".
"La gente no es consciente, pero esto va más allá del mar. Esto supondrá la pérdida de puestos de trabajo en tierra: en las lonjas, en pequeñas pescaderías, transportistas... Que me llamen pesimista, pero en diez años no existiremos, iremos cayendo en todo el sector pesquero mediterráneo, no solo balear", ha subrayado.
La idea de bajar la cuota de días de salida a 27 supone faenar un 80% durante todo el año, algo que, según el patrón mayor de la Cofradía de Alcúdia, David Carsi, "es inviable para las empresas". Ha admitido que esta noticia "ha supuesto un shock" para el colectivo de pescadores y entiende que haya quien se plantee dejar el sector, pero seguirán peleando porque no les queda otra.
"Es una situación muy difícil, pero si pensamos todos en dejarlo, ¿Quién quedará en el mar? ¿Dejamos que nuestros valores se pierdan? Lucharemos hasta poder salvar estas empresas porque lo que queremos es trabajar y llevar a casa un jornal digno", ha explicado Carsi.
Ese elemento cultural de Baleares podría tener el respaldo de la sociedad, pero no es fácil para el producto local competir con el género que llega de fuera y que no pasa por los mismos trámites y controles, los cuales, incluso, "no siempre se conocen". Así lo considera Joaquín Molina, vicepresidente de la Cofradía de Palma.
"La sociedad no lo entiende porque las gambas, por ejemplo, no faltarán si vienen de Chile o de cualquier sitio. A quien no le importa la calidad, no le importa esta situación. Yo recuerdo ver cómo en las lonjas se vendía absolutamente todo. Ya no, trayendo productos de todos sitios, ya no", ha lamentado.
