Diego Armando Maradona, cuando 'Dios' bajó al Sitjar
Se cumplen cuatro años de la muerte del argentino. Los exjugadores del RCD Mallorca Amer, Barrera, Riado y Gallardo recuerdan sus enfrentamientos en 'A vivir Baleares'
Reportaje: "Diego Armando Maradona, cuando 'Dios' bajó al Sitjar" (24 de noviembre)
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Palma
Este lunes, 25 de noviembre, se cumplen cuatro años del fallecimiento de Diego Armando Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. En 'A vivir que son dos días Baleares' hemos recordado la figura del argentino junto a cuatro exjugadores del RCD Mallorca.
Damià Amer, Juan Luis Riado, Rolando Barrera y Rafa Gallardo tuvieron ocasión de enfrentarse a él en diferentes ocasiones, cuando Maradona vestía la camiseta del FC Barcelona, y se reúnen frente a los restos del Estadio Lluís Sitjar para rememorarlo.
Un momento de mucha nostalgia asalta al de Sa Pobla, que se asoma por un agujero de la puerta principal, observando la imagen de la dejadez y el abandono de la que fue su casa durante nueve temporadas vestido de corto.
Un solar con malas hierbas y arbustos, con la sombra rectangular de lo que una vez fue un terreno de juego con césped cortado y regado. "Da mucha pena ver el estadio así, pero los recuerdos no nos los quita nadie. Las vivencias, los partidos, los éxitos, los fracasos... Eso ya no nos lo quitará nadie", reflexiona Amer.
Rafa Gallardo, que disputó ocho temporadas como mallorquinista, contempla el solar desde un balcón próximo a plaça de Barcelona. Desde la altura, el aspecto es aún más lamentable y se aprecia perfectamente lo que en su día fueron las gradas. "Se echa mucho de menos. El ambiente que había aquí no lo hay hoy en Son Moix ni por asomo", asegura el andaluz.
Debut en el Lluís Sitjar
"Era un futbolista muy completo, con gol, con mucha calidad, rapidísimo, saltaba mucho, incluso iba bien de cabeza... Aparte, entendía perfectamente el juego de ataque, sabía cuándo tenía que soltar la pelota... Y luego, claro, era prácticamente imposible de parar".
Juan Luis Riado describe a un futbolista casi perfecto, pese a que, si hay que elegir, "me quedo con Messi". Es así como discute a Rolando Barrera, quien lo tiene por "el mejor futbolista que yo vi y con el que coincidí, además de una gran persona". Compatriota de 'El Diego', reserva para el final de la historia los momentos compartidos con él.
Recuerda Riado el primero de los dos partidos que Maradona disputó en el Sitjar ante el Mallorca. De hecho, la primera vez que Diego se puso la camiseta del Barça sobre un césped fue en dicho estadio, en un amistoso que se disputó el 21 de agosto de 1982, verano en que fichó por el club catalán tras jugar el mundial de España con la selección argentina.
Aún no cumplía los 22 años y el mundo no imaginaba todo lo que terminaría logrando. Sin embargo, "ya se veía" que llegaría lejos. "Pero perfectamente, vamos, futbolistas como ese no había ninguno entonces", asegura Gallardo. "Es más, Maradona sería hoy mucho mejor que antes. Ahora se juega con más espacios y se protege más a los jugadores. La lesión que le provoca Goikoetxea es hoy motivo de cárcel", apunta Amer.
Primera y única visita oficial: 1-4. "Pasó lo que tenía que pasar"
"No le pudimos ni pegar. Yo, al menos, ni lo vi pasar. Si estaba bien físicamente, no había nada que hacer". Así describe Rafa Gallardo el segundo choque, ya oficial, el 18 de septiembre de 1983. El FC Barcelona logró una victoria plácida (1-4), con goles de Schuster, Maradona, Esteban Vigo y Víctor Muñoz, algunos de los nombres de una plantilla que asustaba.
"Partidos como ese se preparan con mucha ilusión", prosigue el exjugador malagueño. "Pero, claro, eran infinitamente superiores al Mallorca. Pasó lo que tenía que pasar". El equipo de Koldo Aguirre no pudo apenas salir de su papel de observador, más allá de comenzar golpeando primero con un gol de Armstrong. Sin embargo, mucho se aprendería de este encuentro de cara al futuro, como ya avisa Juan Luis Riado: "jugamos marcando en zona, pero después, en Barcelona, cambiamos la táctica".
"Maradona nunca hace nada. Hoy lo marcará usted; así que, hará menos"
"Salir a ese campo a jugar es impresionante. Es como vivir en un zumbido permanente de toda la gente que hay ahí dentro". Fue lo que sintió Damià Amer el 22 de enero de 1984 al pisar el césped del Camp Nou. Estaba ante el que seguramente fue el mayor reto de su carrera. Solo desconocía el éxito con el que terminaría su misión noventa minutos después.
El RCD Mallorca visitaba la Ciudad Condal para medirse al equipo azulgrana en el partido correspondiente a la segunda vuelta del campeonato de Liga 83/84. Ya con Marcel Domingo en el banquillo, los bermellones sabían de las diabluras de Maradona y rumiaban que algo había que hacer para intentar evitarlo.
"Propuse al míster que Damià era el jugador ideal para marcar a Maradona. Quizá no para otra cosa, pero para eso, sí", ríe el exfutbolista. "Yo me entero por la prensa, venía de Sa Pobla en tren y lo leí en Última Hora, y le pregunto por eso y me dijo que tenía más que ganar que que perder con ese marcaje", relata Amer.
"No, acuérdate de lo otro", interrumpe Gallardo. "Te dijo: «he visto jugar a Maradona un montón de veces y nunca ha hecho nada. Hoy lo marca usted; así que, hará menos», recuerda, desatando las carcajadas de los presentes. "¿Tú te crees? ¿Cómo pudo decir eso si era el mejor del mundo?", ríe Amer.
El partido finalizó con un empate a un gol y Maradona casi pasó desapercibido por el césped del Camp Nou. Misión cumplida. "Y mira que nos reíamos cuando Marcel Domingo entra al vestuario y dice en la charla técnica: «señores, hoy vamos a ganar este partido»", recuerda Rafa Gallardo.
"Lo preparamos bien y con mucha ilusión, pero eran muy superiores, fuimos allí a que nos metieran unos cuantos. Lo que pasa es que el fútbol tiene estas cosas, salimos muy motivados y pudimos sacar un buen resultado", explica Damià Amer.
"También te digo, si ese marcaje a Diego lo hago actualmente, no termino el partido", asume el de Sa Pobla. "No fue agresión, pero sí entradas durillas", ríe. "Podía agarrarlo, entrarle por detrás... Eso hoy no me lo permitirían, pero tenía que pararlo como fuera".
Un recuerdo, material y emocional, para toda la vida
Días después de la reunión, nos citamos de nuevo con Rolando Barrera en el centro de Palma. El argentino habló menos que el resto, pero tenía algo especial que compartir con esta emisora.
Se presenta en la plaça del Mercat con una bolsa de plástico en la mano. En su interior, trae "un tesoro que no pienso vender por más que muchos pesados me lo digan una y otra vez". Lo saca durante unos segundos. Lo contemplamos, lo palpamos y hacemos unas fotografías. Rápidamente, lo guarda de nuevo, por si acaso. Es la camiseta de Diego Armando Maradona en aquel amistoso entre el RCD Mallorca y el FC Barcelona en agosto de 1982, la primera que vistió como culé en un campo de fútbol.
"Se la pedí y me la dio. Es un grandísimo recuerdo que guardo durante 42 años y ahora la voy a colgar en el nuevo restaurante que voy a abrir en el centro de Palma. Estará acompañada de más camisetas que tengo, como las de Kempes o Passarella, y otros recuerdos, como el balón de plata que gané con el Mallorca en Segunda División. Que la gente pueda verlo y disfrutarlo", explica el argentino.
Barrera, nacido en 1960, es de la misma quinta que 'El Diego' y compartieron los primeros momentos de sus carreras deportivas. "Coincidí con él en la selección argentina juvenil, en 1979, con Menotti de técnico; incluso compartíamos habitación en las concentraciones porque 'El Flaco' nos agrupaba por dorsales. Iban juntos los porteros y luego el 2 y el 3, el 4 con el 5... Y Diego tenía el 10 y yo, el 11", rememora.
El recuerdo de Maradona que guarda Rolando Barrera permanecerá por siempre. "Éramos jóvenes, con sueños, recuerdo cuando se compró su primer auto, cuando Claudia y su familia iban a verlo a los partidos de la selección juvenil, cuando se casó con ella en Buenos Aires, ya después, que me invitó a mí y a mi mujer... Hemos compartido muchas cosas y tengo claro que Diego es el mejor jugador que vi y con el que coincidí, pero como persona era superior. No vas a encontrar a nadie que compartiera con él que te hable mal de él. Era una persona con un corazón inmenso y amigo de sus amigos".