Vivir sin coche en Baleares: una opción entre libertad y limitaciones
En la comunidad con más coches por habitante de España, algunos ciudadanos apuestan por alternativas de transporte que desafían la dependencia del vehículo privado
Reportaje Día Mundial sin Coche
06:22
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Palma
¿Se puede vivir sin coche? La gran mayoría de personas coincide que nos facilita la vida para tener mayor libertad. Pero la gran cantidad de vehículos circulando en las carreteras de Baleares está cambiando los hábitos de algunos ciudadanos. Nos hemos centrado en tres casos concretos. Tres personas que no utilizan el coche, cada una de ellas por distintas razones.
Baleares es la comunidad autónoma con más coches por habitantes de toda España. Casi un vehículo por cada residente en las Islas. Las carreteras sufren a diario atascos y largas colas para acceder a cualquier playa, municipio o zona del archipiélago.
Este domingo se celebra el día mundial sin coche, que anima a las personas a dejar el vehículo aparcado, aunque sea solo por una jornada. Más allá del día concreto, hay personas que han dado el paso definitivo.
Jordi es profesor de un instituto en Palma, vive a 15 minutos a pie de su lugar de trabajo, y él mismo reconoce que no le gusta conducir. Hace unos años tuvo un accidente con un siniestro total, fue entonces que optó por moverse a pie y en transporte público.
Reconoce que no tener coche dificulta poder irse a una playa o a una cala. En casos puntuales acaba alquilando uno o cogiendo un taxi. Cree además que Palma debería apostar por un medio de transporte que no dependa del tráfico, como el proyecto del tranvía.
Una decisión personal fue la que tomó Cati, profesora de economía ecológica. Sigue manteniendo su coche, aunque aparcado, y cada vez lo usa menos. Vive en Bunyola y se desplaza a diario en bus y metro para ir a la Universidad. Un trayecto que en coche tarda unos 15 minutos, pero en transporte público más del doble.
Admite que se tiene que planificar con los horarios y las líneas, que no siempre son regulares y la frecuencia es escasa, pero cree que es necesario un cambio de mentalidad y que las instituciones no están ayudando. Asegura que dejar el coche te hace sentir más libre.
Una visión totalmente contraria a la de Alba. Estudiante de pedagogía en la UIB. Todavía no tiene la mayoría de edad y ya tiene fecha para el examen teórico para el carné de conducir. Vive en Palma a pocos minutos de una estación de tren. Reconoce que el hecho de no tener coche te quita libertades y te condiciona a los horarios del transporte público.
El tener o no carné de conducir y coche propio dificulta encontrar un empleo. Alba lamenta que muchas empresas dan por hecho que los trabajadores deben tener un vehículo propio.