Los conductores del TIB rechazan la gestión privada: "Es insuficiente la plantilla y flota, llevamos usuarios hasta en el salpicadero"

Palma

Los conductores del transporte público de Mallorca, del TIB, reclaman a la Conselleria de Mobilitat que asuma la total gestión del servicio. Desde el sindicato SATI han explicado que la concesión a las empresas privadas está firmada hasta 2031, pero la previsión inicial, la acordada, "no alcanza para dar un buen servicio ante la creciente demanda, sino que haría falta aumentar la flota en un 30% al menos". "¿A que nadie se plantea que la educación o la sanidad fueran 100% privadas? Pues esto debe ser igual", ha subrayado el responsable del sector de transporte, Juan Rodríguez.

Esto, ha apuntado, está provocando jornadas laborales muy intensas, casi sin descansar, y el descontento de los usuarios. Ha explicado que el proceso ha beneficiado a los trabajadores, por ejemplo, a la hora de fijar los horarios; sin embargo, las empresas privadas son quienes gestionan la flota, que "se queda corta en temporada turística", pese a la ampliación de hasta diez buses el mes pasado, y también son quienes firman los convenios, con condiciones "que espantan a unos posibles nuevos conductores que hacen mucha falta".

Sobre esas condiciones de trabajo, la más criticada es el estrés al que están sometidos los conductores. Jaume Llompart tiene una experiencia de casi 20 años en el TIB y explica que esas condiciones han ido empeorando al tiempo que se intenta asumir una demanda que no para de crecer. Pasa cada año y no llega un remedio. "Lo que antes se hacía en diez horas, hoy es en siete. La carga de trabajo es brutal y entiendo las quejas de los usuarios. Son los mismos patrones año tras año y no se llega a una solución", ha lamentado.

Ángel Martín, ahora en otra área, ha trabajado muchos años en la carretera y ha apuntado que los atascos propios de la temporada son también para los autobuses. De hecho, en términos de seguridad "es un peligro por la prisa con la que conducen los empleados". "Se les dice continuamente que no corran, pero es que es imposible no hacerlo, es que no llegan", ha indicado.

"Llevamos usuarios hasta en el salpicadero"

Un peligro que se comprueba en el aforo de los autobuses, donde, especialmente, en las líneas que parten o llegan a Palma, "un tercio de los usuarios va de pie, pasando calor y pegados como sardinas en lata, los llevamos hasta en el salpicadero". "Una contradicción de seguridad. A mí me multan si no llevo el cinturón de seguridad, pero sí puedo tener a 30 personas ahí de pie", ha criticado Juan Rodríguez. A todo ello, hay que añadirle aquellas ocasiones en las que no tienen la suerte de subir al vehículo y se quedan en tierra.

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José Antonio Carriqui lleva seis años en el sector y ha criticado que, después de tantos años, la Conselleria y las empresas no entienden que no se puede tener un horario de frecuencias lineal, con el mismo número de autobuses circulando independientemente de la hora del día. Ha explicado que los turistas suelen salir del hotel y volver más o menos en la misma franja, coincidiendo, además, con los trabajadores del sector turístico, que empiezan y terminan la jornada en función del horario del turista. "No han planificado nada esto, llevamos mucho tiempo con lo mismo, y lo pagamos los mismos, yendo con la lengua fuera y estresados a más no poder", ha criticado.