Palma

El alcalde de Palma, Jaime Martínez, en declaraciones realizadas en Radio Mallorca, Cadena SER, defiende la ordenanza cívica que regula el estacionamiento de autocaravanas en la ciudad. Martínez insiste en que las autocaravanas no proporcionan condiciones dignas de residencia y justifica las medidas que impone la ordenanza, como la obligación de cambiar de lugar de estacionamiento cada diez días y mantener el motor apagado.

Según Martínez, aunque el Consistorio no impedirá que las autocaravanas se utilicen como viviendas, es necesario que cumplan con una serie de condiciones de estacionamiento para garantizar la convivencia en la ciudad. Además, el alcalde reconoce que el problema de la vivienda es una cuestión social y apunta a que las soluciones vendrán a través de los servicios sociales y las políticas de vivienda, aunque admite que estas soluciones pueden llevar tiempo.

Residentes en autocaravanas denuncian persecución municipal

Los residentes en autocaravanas en Palma acusan al Ayuntamiento de llevar a cabo una persecución contra su colectivo. Argumentan que son víctimas del despiadado mercado de la vivienda y no el problema en sí mismo. Están considerando la posibilidad de recurrir a los tribunales para impugnar la nueva Ordenanza Cívica, la cual impone restricciones adicionales a aquellos que se ven obligados a residir en casas rodantes de menos de diez metros cuadrados.

La ordenanza de circulación del Ayuntamiento de Palma prohíbe el estacionamiento de autocaravanas para uso residencial desde 2011, aunque permite su aparcamiento cuando están en movimiento y con ocupantes a bordo. Sin embargo, la recién impulsada ordenanza cívica, promovida por el PP, introduce una serie de nuevas prohibiciones. Ahora se exige a los propietarios cambiar de lugar de estacionamiento cada diez días, mantener el motor apagado, no permitir instalaciones externas en las autocaravanas, y aumentar el importe de las multas.

Estas medidas suponen obstáculos adicionales para aquellas personas que se ven obligadas a vivir en autocaravanas debido a su exclusión del mercado de la vivienda. Javier, portavoz del colectivo de residentes en autocaravanas de Palma, es un claro ejemplo de esta situación. A sus 67 años y jubilado, ha vivido en una caravana durante los últimos tres años, siendo esta la única opción habitacional que puede costear con su pensión. Javier llegó a Mallorca en 2001 y trabajó como repartidor hasta 2009, cuando la crisis económica truncó su estabilidad financiera. Desde entonces, ha sobrevivido con trabajos eventuales y ahora su jubilación no le permite acceder a una vivienda convencional.

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Javier acusa al Ayuntamiento de perseguir a los caravanistas y les insta a reconocer que son víctimas del problema de la vivienda. Sugiere que el Consistorio debería designar áreas específicas para estacionar sus vehículos en lugar de ignorar una situación que se volverá cada vez más común.

Actualmente, están considerando presentar una denuncia ante los tribunales contra la nueva ordenanza. Además, han convocado una concentración en la plaza de Cort para el próximo sábado a partir de las diez de la mañana para protestar contra estas medidas. Javier advierte que la situación que muchos enfrentan al vivir en caravanas será aún más común en las futuras generaciones.

Javier señala que cada vez más personas se acercan a los lugares donde están estacionadas las autocaravanas para preguntar cómo adquirir una y sobre el estilo de vida que conlleva, debido a que no tienen los medios para acceder a otro tipo de vivienda.