La nueva depuradora de Palma será una realidad durante el verano de 2026 y la solución definitiva a los vertidos al mar
Contará con un tratamiento del agua que permitirá utilizarla para el riego, en agricultura o la limpieza de las calles
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Palma
La nueva depuradora de Palma prevé estar lista durante el verano de 2026 y contará con un tratamiento del agua que permitirá utilizarla para el riego, en agricultura o la limpieza de las calles. Además, con la finalización de los trabajos se acabará con la totalidad de los vertidos al mar cuando llueve de forma intensa. Unas obras que tendrán un coste de 142 millones de euros de fondos europeos.
Nueva visita de las autoridades para conocer el avance de las obras, entre ellos el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. Esta vez para la nueva depuradora que permitirá tratar hasta 90.000 metros cúbicos diarios, el doble de la capacidad para la filtración de aguas que la que se encuentra en funcionamiento. El alcalde de Palma, Jaime Martínez, destaca que se dará solución a los problemas de los vertidos de forma definitiva.
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Y es que se da respuesta al incremento de la población en la capital balear y también a la previsión de crecimiento en los próximos años. Podrá dar respuesta a las necesidades de 676.000 habitantes.
El proyecto cuenta con la instalación de placas solares en las cubiertas, lo que permitirá reducir su consumo en un 10 por ciento respecto a la actual, a pesar de que duplique su rendimiento.
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El director de proyecto y obra, Luis Miquel Piqueras, explica que con la depuración se podrá obtener abono para la agricultura, metano para combustible y agua filtrada de alta calidad que permitirá incluso ser usada para regadío de vegetales para el consumo humano en crudo.
Destaca además la propuesta para la creación de un espacio verde abierto al público paralelo al torrent Gros. Un parque fluvial que todavía no cuenta con un proyecto de ejecución.
Por otro lado, se construirá un nuevo emisario para vaciar las aguas tratadas al mar. Está previsto que el proyecto se pueda presentar a lo largo de este mes de junio y las obras se puedan alargar durante dos años.
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Para su construcción se utilizarán tuneladoras para no tener que realizar obras en la superficie y evitar así molestias a la ciudadanía, y se ha diseñado un recorrido submarino para que no afecte a las praderas de posidonia.
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, asegura que son unas obras que costarán unos 70 millones de euros y que el Gobierno central está buscando diferentes vías de financiación porque de momento no podrán ser costeadas por Europa al no cumplir con los plazos de finalización.
