4-3. La UD Ibiza se abona a la heroica para volver a ganar

Ibiza

La UD Ibiza de Romo ha roto por fin una racha nefasta y ha vuelto a ganar. Lo ha hecho en un partido loco, ante el Melilla, en un Palladium Can Misses que hizo notar música de viento, pero que acabó extasiado. El fútbol es un estado de ánimo.

Triunfo celeste en el que ha exhibido una defensa de cristal y se ha cansado de fallar ocasiones claras. Pero le ha puesto corazón, compromiso y esta vez también ha tenido fe para voltear un marcador que anticipaba un drama de dimensiones considerables. La victoria debería ser un punto de inflexión y dar tranquilidad a una plantilla que ve como en esta fase de la temporada cuesta demasiada acertar ante el marco contrario y en cambio recibe mucho castigo en su área. No se tuvo que sufrir tanto para lograr el triunfo, pero este es el escenario actual a la espera de que vuelvan tiempos mejores,

Y lo cierto es que el Ibiza pudo irse ya al descanso ganando, por ocasiones generadas debió ser así, pero los futbolistas enfilaron el camino de los vestuarios con ventaja mínima del Melilla. Por si mismas las cosas tienden a ir de mal en peor.

Para que el marcador reflejara un triunfo melillense en los primeros 45 minutos tuvieron que aliarse la inoperancia, e inocencia local en los remates y la contundencia de su rival en las contadas llegadas al área de Sequeira con una defensa ibicenca en babia a la que las contras les pillaban siempre en tanga.

El Ibiza había arrancado jugando al ralentí, con mucha posesión, pero con escasa profundidad. No se rompían las líneas defensivas del Melilla, porque no había rapidez en la circulación del balón. Mucho protagonismo de los laterales, incorporados como un extremo más tanto Medina como Jiménez. Como todo el juego se desarrollaba en campo visitante, alguna asociación permitía generar acciones de gol. A Soko le sacó un defensa bajo palos un cabezazo que se colaba, Obolskii estuvo torpe tras un robo de balón y no buscó a un compañero para empujar la pelota a la red. Después el delantero ruso se topó con el larguero, tras una buena triangulación y Javi Jiménez pecó de individualista y su remate se fue al exterior de la red.

Eran los mejores minutos de los locales, con más movilidad en sus hombres de ataque, Soko se incrustaba como segundo punta, dejando el costado derecho a Arturo Molina y Olabe y Eugeni jugaban más avanzados apoyando a Gallar en la creación del juego en las inmediaciones del área visitante. El empuje local tuvo por fin su premio tras un pase filtrado de Olabe a Javi Jiménez, que centró raso, tocó de nuevo Olabe y puso la pierna Soko en el área pequeña para mandarla al fondo de la portería de Salcedo.

Lo más difícil, abrir la lata parecía hecho, pero este Ibiza se derrumba como un castillo de naipes con muy poco. Ya había avisado minutos antes con una falta que remató Moisés ante la pasividad defensiva. Un pelotazo encontró a Siddiki libre de camisetas celestes solo un minuto después para internarse en el área y ser arrollado por Sequeira. El colegiado no lo dudó y pitó penalti que transformó el mismo jugador para poner las tablas en el marcador. El fútbol casi siempre se alía con el defecto oculto.

Al Ibiza le tocaba volver a empezar, pero mantenía la misma dinámica. Dominio, oportunidades, llegadas al área y sin tino final. Gallar tuvo una buena ocasión, pero se topó con Salcedo y después Arturo Molina remató muy flojo dentro del área. La posesión era casi siempre de los locales más imprecisos en las entregas. Y un error de Jiménez que perdió la pelota en la medular volvió a dejar en evidencia a la zaga local, arrancó de nuevo Siddiki en velocidad sin oposición, se plantó en el área y fusiló a Sequeira. Las cosas que salen mal son las más difíciles de corregir.

El Ibiza se veía por detrás en el marcador sin merecerlo, pero por las razones de cada partido, no se puede transitar por esta categoría con tanta fragilidad en defensa, ni se puede aspirar a algo grande si ves la portería rival y te entra pánico al disparar.

Así se llegó al descanso y en la reanudación aparecieron Rubén Díez por un inoperante Molina y Monjonell por un mermado físicamente Pepe. Los locales intentaban buscar huecos ante un Melilla atrincherado atrás y perdiendo tiempo en cada acción. La primera jugada con cara y ojos del segundo tiempo se tradujo en el empate, un buen pase de Soko, un buen desmarque de Obolskii que remato raso a la red.

Animado por el gol el Ibiza apretó y Suleiman que acababa de entrar en el campo, fue protagonista al desperdiciar dos claras ocasiones. La primera, tras un remate de Rubén Díez que se estrelló en un defensa y el rechace le quedó al extremo celeste que volvió a disparar a los pies del zaguero del Melilla. Poco después un robo de Obolskii dejó a Suleiman con toda la portería a su favor y disparó muy alto.

Romo optó por Cedric por Soko, buscando más remate, pero lo que llegó a los 72 minutos fue otro mazazo en una contra del Melilla que culminó José Enrique, habilitado por Monjonell, en otro error de bulto de la defensa ibicenca. El Ibiza había tenido el tercero en varias ocasiones que desperdició de forma lastimosa y el Melilla en su primera llegada del segundo acto cantaba bingo.

Quedaba algo más de un cuarto de hora y el Ibiza entonces quiso rebelarse contra tantas adversidades. Primero fue Gallar quien lo intentó de falta y después Suleiman se reivindicó después de fallar en el remate. Dos galopadas suyas por banda izquierda con centro al área sirvieron primero a Gallar para empatar y después a Arroyo, que acababa de entrar, para empujar el balón a la red. Un tanto que hizo explotar al banquillo celeste que saltó al campo a festejarlo. Una acción que mostró a un equipo comprometido, que cree qye todavía es posible hacer algo grande esta temporada.

Sigue el canal de La SER en WhatsApp, donde encontrarás toda la información, el deporte y el entretenimiento: la actualidad del día y las noticias de última hora, los mejores vídeos y momentos de la radio, entrevistas, reportajes y mucho más.