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Docentes, estudiantes y padres recelan del uso excesivo del Chromebook en las aulas

La comunidad educativa está en contra de emplear exclusivamente este dispositivo como única metodología, aunque la Conselleria defiende que cada centro decide si implementarlos o no

Uso del chromebook en los centros escolares (10 de septiembre)

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Palma

Falta de concentración, de retención de conceptos y aumento de faltas de ortografía son algunas de las consecuencias del uso del Chromebook en las aulas. El abuso dentro del aula perjudica al aprendizaje de los jóvenes y desde el STEI y el Consell d'Estudiants están en desacuerdo con que el 100% de los elementos de enseñanza sean online.

Entre los aspectos positivos del Chromebook se encuentran el fomento de la colaboración entre alumnos, aumento de las competencias TIC o la autonomía en el aprendizaje. Pero este empleo de las nuevas tecnologías también tiene sus aspectos negativos como: el déficit de atención o el aumento de las faltas de ortografía. Un déficit de atención "provocado también por su propia manera de relacionarse" explica Lluís Segura, secretario de enseñanza pública del STEI, ya que cuando algo no les interesa desconectan. Segura explica que "los alumnos están más distraídos que nunca", y la "falta de atención es obvia". Pero, lo que más les preocupa es dice, "la falta de lectura" y la "falta de interés hacia una cuestiones bastante importantes".

Desde el Consell d'Estudiants, Joan Baos que, además cursa magisterio en la UIB explica que tanto por experiencia propia como por lo visto en sus prácticas, el uso de estas pantallas genera distracciones "queramos o no". Este dispositivo, "es una distracción que puede afectar al rendimiento académico y a la forma de aprender". Y, además, "lo que deberían de ser horas de descanso y aprendizaje se están convirtiendo en una suma exponencial de horas de pantalla".

Desde FAPA, la Federación d'Associacions de Families d'Alumnes, el portavoz Albert Lobo explica que tienen sus dudas sobre esta implementación. Ya que dicen, "por un lado, nos encontramos que las propias administraciones y diferentes entidades sobre la infancia nos advierten del uso de las pantallas" y que en la sociedad que vivimos los nios ya están expuestos "de forma continua fuera del horario escolar" a estas pantallas y, critican "después nos encontramos que dentro del horario escolar son omnipresentes". Además, no entienden que "hay libros digitales que son iguales que el de papel, con la única diferencia de escribir en la pantalla".

Desde el STEI están preocupados ante la paralización del proceso de digitalización en países europeos como Suecia tras afirmar que el Chromebook es menos beneficioso que los libros. Segura, su portavoz, denuncia que "se está yendo por una vía innecesaria" y argumenta que "Suecia ha tenido que dar marcha atrás" por los estudios realizados en el país, que "demuestran que no se están consiguiendo los resultados que esperaban". Manifiesta que esta implementación se debería de hacer "de una forma más pausada y consensuada con los docentes".

En el Govern, el director general de Personal Docente, Salvador Ruiz, explica que "se harán los estudios pertinentes para ver la evolución", pero que acaban de llegar a la Conselleria y desconocen los estudios que han echado para atrás al país sueco.

El 90% de los centros de secundaria ya utiliza Chromebooks y muchos centros de primaria los introducen a partir de cuarto curso. Los docentes están a favor de enseñar sobre el uso de las nuevas tecnologías, pero no que todo se haga a través del ordenador. Lluís Segura, STEI explica que "los docentes tienen que educar a los niños a usar las redes sociales y todas las cuestiones telemáticas". Pero, les preocupa el abuso de dispositivos y que la ley de educación de las Islas Baleares promueva los "materiales pedagógicos telemáticos delante del papel", denuncia: "no es normal que todo se haga 100% delante del ordenador".

Aun así, incluso los estudiantes están en contra de emplear únicamente este dispositivo, como única metodología, ya que estas herramientas ofrecen una visión generalista de los estudiantes y no ayudan a la retención de conceptos. Joan Baos, Consell d'Estudiants manifiesta que cuando se utilizan los Chromebooks se piensa que solo se tiene que usar esta herramienta, y "es un error muy grave". Explica, "no se puede pensar el Chromebook como la única metodología existente y válida", dice, "se tiene que poder combinar con otras herramientas". Con relación a esta metodología, argumenta que al escribir y dar conceptos rápidos, "no se te queda de igual que escribiendo a mano".

Los padres tienen la misma visión, Alberto Lobo, Fapa manifiesta que "si el Chromebook se utiliza para tener un libro digital en vez de un libro en papel, y este tiene las prestaciones, exactas que el de papel, y ninguno está adaptado a las circunstancias individuales, el Chromebook pierde toda la razón de ser". Defiende que la pantalla puede ayudar a aquellos alumnos con necesidades especiales, pero "tienes que saber como hacerlo".

Salvador Ruiz, director general de Personal Docente en la Conselleria afirma que es de libre elección de cada centro instaurar la digitalización, y reiteran que se lleva años trabajando con estos dispositivos sin imponer su utilización. Explica, "que se usen los Chromebook no significa que toda la docencia sea tecnológica".

Desde STEI y el Consell d'Estudiants les preocupa la accesibilidad a estos dispositivos y reclaman la gratuidad de los materiales, ya que hay familias que no pueden asumir los costes. La Conselleria afirma que no saben si se devuelve la totalidad del coste del Chromebook, pero sí que hay ayudas para la compra del dispositivo, al igual que hay sistemas de reciclaje de libros. Y que disponen de 14.000 dispositivos gratuitos. Pero, los padres y los alumnos sí perciben esta imposición e incluso desde FAPA explican que a los centros no se hacen responsables de las situaciones individuales que se puedan dar y que no se les escucha aunque les hacen pasar por caja, situación que han denunciado a la Conselleria. Lobo, de FAPA explica que el uso de Chromebooks es una cuestión que se ha planeado con la Conselleria. Manifiesta que han tenido "pequeños choques" por visiones diferentes sobre "como se tiene que hacer un proceso participativo y hacia donde va la digitalización y uso de estos elementos dentro de la escuela". Además, de "quien tiene que sufragar". Denuncian que si se quiere innovar en educación y se considera que la innovación es tecnología, no se puede decidir sin consensuarlo de forma previa con las familias.

 
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