Las forenses señalan que la dosis de MDMA en la víctima del jacuzzi de Ciutadella era letal
"No es habitual encontrar una dosis tan elevada. Es como si hubiera consumido 750 miligramos de MDMA, o sea, cinco comprimidos. Es mucho",
Momento del juicio en la Audiencia Provincial de Palma
Palma
Las forenses que practicaron la autopsia a Elisabeth, la mujer fallecida en Menorca en 2018 presuntamente asesinada por su marido, han señalado este miércoles, en el juicio por estos hechos en Palma, que la dosis de MDMA encontrada en el cuerpo, de 2,4 miligramos por litro de sangre, era especialmente alta y sus efectos serían letales.
"No es habitual encontrar una dosis tan elevada. Es como si hubiera consumido 750 miligramos de MDMA, o sea, cinco comprimidos. Es mucho", han indicado las facultativas ante el Tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial.
La Fiscalía y el Govern balear piden una condena de 25 años de cárcel para el marido de la fallecida, al que acusan de haber preparado a su esposa un cóctel con una dosis letal de MDMA y sangría y de haberle sumergido la cabeza en el agua para terminar de matarla, para después tratar de fingir una muerte accidental.
El hombre, Eduardo E.E.R., sostiene que se durmió y se encontró a su mujer inerte en el jacuzzi. El suceso tuvo lugar en una nave industrial de Ciutadella, en junio de 2018, si bien el viudo no fue detenido hasta un año más tarde, en noviembre de 2019, cuando una grabación de ocho horas encontrada en el móvil de la víctima le incriminó.
En la última parte del audio se oyen "muchos vómitos, arcadas" e incluso se escucha a la víctima "decir 'me muero'", y "a él decir 'déjala que se muera'", una frase que habría pronunciado refiriéndose a su mujer pero dirigiéndose a una amiga que estaba en el lugar de los hechos, según la hipótesis de la Fiscalía. La Policía consideró que "era evidente" que en tan mal estado la mujer "no se hubiera metido en un jacuzzi", como afirmó el marido.
Según las forenses, al juntar la droga con la toxicidad del alcohol, en una primera fase se produciría agitación e hiperactividad, pero después angustia, taquicardia y un "cuadro convulsional". También podía causar náuseas y vómitos.
Sin embargo, la autopsia concluye que la causa de la muerte fue la sumersión bajo el agua, si bien la dosis de droga hubiese "resultado letal a corto plazo" igualmente, sin el ahogamiento.
Las forenses sitúan la hora de la muerte a las 5.00 horas, aunque con un margen de error de media hora a una hora debido a la temperatura ambiente. El audio termina sobre las 4.20 horas de la madrugada, y el acusado no llamó al 112 hasta las 5.50 horas.
El cuerpo también presentaba una herida en la parte posterior de la cabeza, que sería compatible con una caída "a plomo" en el suelo, si bien por los indicios se califica como una "herida perimortem, en momentos próximos a la muerte". Otro hallazgo que destaca el informe es la posición en la que quedaron los pies debido a la rigidez cadavérica, que podría ser compatible con que la llevaran al jacuzzi y ella intentara levantarse desde fuera.
LA POLICÍA ENCONTRÓ LA TAPA DEL JACUZZI PUESTA
En la sesión de este miércoles también ha declarado un funcionario de policía que se encargó de la inspección ocular el mismo día de la muerte. Según ha explicado, la tapa del jacuzzi estaba "medio colocada", tal y como aparece en el reportaje fotográfico.
Cabe señalar que el acusado dijo que él y su esposa se metieron juntos en el jacuzzi, de unos dos metros de diámetro, y cuando le preguntaron por las fotografías en las que se ve la lona puesta sugirió que la había colocado la Policía.
El policía también ha señalado que la mujer "tenía como espuma en las fosas nasales" --según las forenses es un fenómeno derivado del ahogamiento--. Al funcionario le llamó la atención "la escasa colaboración" del viudo. "De hecho parecía que le importunaban nuestras preguntas", ha declarado.
REPRODUCCIÓN DE LA GRABACIÓN
En el juicio se ha producido íntegra la última parte de la grabación encontrada en el móvil de la fallecida. La Fiscalía quería seleccionar solamente fragmentos relevantes del audio, ya que se trata de un archivo de ocho horas de duración, que fue dividido en distintas partes para el caso.
La defensa se ha opuesto y ha insistido en que era necesario escucharla entera, a pesar de que la mayor parte es sólo silencio o ruido blanco y sonidos o voces ininteligibles.
También se ha reproducido la llamada del acusado al 112 --"Mi esposa se quedó dormida en el jacuzzi y se ahogó", dijo al operador-- y la grabación de la diligencia de reconstrucción de los hechos que se intentó practicar, una vez ya detenido tras aparecer la prueba incriminatoria en el teléfono de su esposa.
El hombre no quiso participar en la reconstrucción si no le dejaban acceder antes al audio. "Me gustaría poderla escuchar para poderles explicar", dijo a la juez de Instrucción en Menorca.
"NO VENGAS, A TU HERMANA LA ASESINÓ EDUARDO"
En esta sesión también se ha leído la conversación en la que una amiga de la infancia de la víctima, que se encontraba en la nave industrial la noche de los hechos, avisaba a la hermana de la fallecida la muerte, y le rogaba que no viajara a Menorca. La hermana recibió estos mensajes al aterrizar en Barajas desde Venezuela, en el lapso antes de tomar la conexión a Mahón, y se los enseñó a un Policía Nacional en el aeropuerto.
"No vengas para Menorca, pasó una tragedia, algo malo. No sé cómo decírtelo, Eli ha fallecido, creo que no fue un accidente, para mí Eduardo tiene que ver. No vengas porque es peligroso", le advertía.
La mujer también indicó a la hermana de su amiga que creía que el hombre la había intentado drogar y que quería hacérselo a ella también. "No vengas, a tu hermana la asesinó Eduardo. Él drogó a Eli, siento que la ahogó en el jacuzzi", le dijo.