Expertos reclaman una integración de salud y servicios sociales para ser más eficientes en la Atención a la Dependencia
En 2030, más del 30 por ciento de la población será mayor de 65 años, por lo que es necesario más recursos
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La Región de Murcia es la tercera con mayor demora para abonar las prestaciones por dependencia / Richard Bailey
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Palma
Los expertos reclaman una integración de salud y servicios sociales para ser más eficientes en la Atención a la Dependencia. Recuerdan que en 2030, más del 30 por ciento de la población será mayor de 65 años, por lo que es necesario más recursos para afrontar este escenario futuro. El último Anuario sobre el Envejecimiento destaca además el aumento de solicitudes de dependencia que se han, más que duplicado, en diez años, pasando de casi 15.600 en 2008 a rozar las 36.000 en 2021.
Una de cada cinco personas mayores de 65 años necesita ayuda para desarrollar actividades básicas cotidianas como comer o desplazarse y una de cada dos si hablamos de mayores de 85. Estamos, refleja uno de los textos del Anuario, ante un reto como sociedad que abre una incógnita: qué sucederá cuando esta población mayor se duplique en 2050, como todo apunta. Una incógnita a la que hay que hacer frente, dice el director general de Atención a la Dependencia, Gregorio Molina. El actual coste de esta atención es de 195 millones de euros, de los que el 16,3 por ciento lo pone el Estado y 83,7 por ciento la comunidad, por lo que se hace necesario poner más recursos sobre la mesa y más cuando el envejecimiento de la población y sus necesidades ya se están dejando sentir con un aumento de más del doble en una década de las solicitudes de dependencia.
Solicitudes que tardan unos 200 días en materializarse en ayudas en las islas frente a los 400 de la península, aun así, no es un buen dato para alguien que necesita una ayuda, por lo que Molina sigue insistiendo en la necesidad de más recursos y apunta a la integración de salud y servicios sociales como clave para ser más eficientes con circuitos específicos o visitas conjuntas.
Pone además Molina el acento en trabajar en la ayuda a domicilio, que permite a las personas envejecer en su hogar y cerca de sus redes de apoyo.
El anuario del Envejecimiento también refleja los efectos de la pandemia sobre la gente mayor. Por un lado, señala que las medidas tomadas sirvieron para que prácticamente se mantuviera estable los porcentajes de mortalidad. Por otro, que tuvieron una mayor capacidad de “resiliencia” frente a los más jóvenes a la hora de tener intenciones suicidas.
El catedrático de economía financiera de la Universidad de Alcalá, Eliseo Navarro, ha destacado los efectos de las medidas que se tomaron en las islas entre 2020 y 2021 y donde a pesar del aumento de la mortalidad fue entre el 3 y el 6 por ciento en comparación con el 15 por ciento de media nacional. Señala Navarro que la franja de edad en la que más se acentuó la probabilidad de fallecimiento fue la comprendida entre los 30 y 40 años por tener un contacto más estrecho con la enfermedad.
Por otro lado, una mayor edad fue asociado a una mayor resiliencia, a pesar de que la soledad refleja uno de los estudios afectó más a los más adultos, los más jóvenes quedaron más sobrepasados, como se ha visto a la hora de hablar de un aumento en las intoxicaciones que llegan a los hospitales como intención de quitarse la vida.