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Agua de pozo para los vecinos de sa Caleta, que dejarán de recibir la procedente de las desaladoras

Afectará a alrededor de 2.500 abonados, con un consumo aproximado de 1.000 metros cúbicos diarios

Imagen de archivo de la red de aguas de Sant Josep / Ayuntamiento de Sant Josep

Imagen de archivo de la red de aguas de Sant Josep

Sant Josep

El Ayuntamiento de Sant Josep ha sido informado por la Abaqua que, con efecto inmediato, verá reducido el caudal de agua desalada que recibe el municipio, que hasta ahora permitía atender las necesidades de toda la población. Tras evaluar las distintas alternativas con los técnicos y la concesionaria del servicio municipal de aguas, Aqualia, se ha considerado que la menos perjudicial para garantizar el aprovechamiento del caudal disponible es dejar de suministrar al ramal que llega a sa Caleta, que es la parte de la red municipal que registra un peor rendimiento (del 40%) y que recibirá agua de pozo mientras dure la situación. Esto afectará a alrededor de 2.500 abonados, con un consumo aproximado de 1.000 metros cúbicos diarios.

El alcalde de Sant Josep y responsable de la gestión del agua en el municipio, Ángel Luis Guerrero, ha explicado que se está estudiando cómo compensar a los afectados por el tiempo que reciban agua de pozo en sus casas. También ha pedido al conjunto de la ciudadanía de Sant Josep que haga "una gestión más responsable que nunca del agua que sale del grifo, cada gota es valiosa y no se puede perder ni una".

Hasta ahora, toda el agua que consumía Sant Josep procedía de las tres desaladoras de la isla. Abaqua ha venido suministrando alrededor de 17.500 metros cúbicos diarios en el municipio, por encima de los 16.500 que tiene asignados por contrato, pero por debajo de los 21.000 que pide desde hace tiempo Sant Josep para poder garantizar la calidad del suministro a su población real durante el verano. "Ahora la agencia balear informa que no puede garantizar tampoco el excedente de agua desalada que se venía recibiendo y esto obliga a tomar una decisión muy difícil. La única alternativa era bajar la calidad del agua en todo Sant Josep, lo que afectaría durante meses a toda la ciudadaní"», ha explicado el alcalde.

Guerrero ha pedido a Abaqua que estudie el consumo de la isla en su conjunto para tratar de encontrar el caudal necesario para salir de esta situación, pero también ha recordado que «si el objetivo es dejar de consumir agua de pozo en Ibiza para recuperar nuestros acuíferos es imprescindible optimizar la gestión del recurso a nivel insular y dimensionar la producción de las desaladoras en la población que ya tenemos, y así lo hemos apuntado en todos los foros en los que hemos participado para hablar del ciclo del agua. El problema que hoy le toca sufrir en Sant Josep es un recordatorio de que hacen falta más inversiones», ha dicho.

Guerrero también ha recordado que en los últimos dos mandatos el municipio ha invertido más de 15 millones de euros en renovar su red de agua "que estaba muy obsoleta y perdía más agua de la que llegaba a las casas por la desidia de quienes gobernaban antes". En este sentido, ha destacado que "se ha hecho mucho esfuerzo para gestionar bien un recurso muy valioso" y que, precisamente, a día de hoy el único ramal que falta por poner al día es el de sa Caleta, que costará alrededor de unos 5 millones de euros y que se abordará en breve.

Con la red renovada en su totalidad, el siguiente paso que ya planifica el Ayuntamiento es la construcción de depósitos de capacidad suficiente para poder cubrir temporalmente las necesidades de la población en casos de interrupción del caudal de agua desalada por cualquier causa.

Al margen de estas inversiones, y conscientes de la necesidad de realizar una gestión responsable de un recurso escaso como es el agua, San José aplica desde hace unos años la ordenanza que impone medidas de ahorro como la prohibición del riego de jardines con agua de la red municipal, que tampoco puede dedicarse al llenado de piscinas. También se han implementado medidas como los controles telemáticos de los contadores, que permiten detectar y localizar consumos excesivos y otras anomalías, como las conexiones ilegales a la red y otros fraudes, además de posibles averías y escapes.

Asimismo, desde hace dos años el Ayuntamiento de Sant Josep no autoriza ninguna nueva alta en la red municipal por viviendas en suelo rústico, que deben cubrir a través de otros proveedores las necesidades de consumo de agua. "Esto es así porque consideramos prioritario garantizar la demanda de los núcleos urbanos del municipio, que es la primera obligación que tenemos y donde se concentra la mayoría de nuestra población", ha justificado el alcalde.

 
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