Juan Tallón Salgado

A vivir que son dos días

"Decir realmente cómo estás, y qué cúmulo de factores te ha abocado a sentirte así, te llevaría horas, días, años, y, en última estancia, al final de la respuesta, la conclusión es que estarías bien y mal al mismo tiempo"

A vivir que son dos días

"Vas pasando de una a otra, como si las surfeases, hasta que conviertes el acto de no decir nunca la verdad en una modalidad de viaje. Pero antes o después, acabas en un callejón sin salida"

A vivir que son dos días

"La catástrofe es un presente perpetuo, ahora por otras vías: el olvido ajeno, el abandono, las promesas incumplidas, la violencia burocrática, y, por supuesto, las ausencias imposibles de llenar"

A vivir que son dos días

"Mi hija estaba a punto de cumplir nueve años cuando me dijo por primera vez «Eres un dictador». Para no conocer del todo el alcance de lo que me llamaba, quizás tuviese razón. Porque un dictador no deja de ser un pelmazo, alguien pesadísimo, que si se callase un rato ya sería un demócrata"

A vivir que son dos días

"Aferrarse es una maniobra que apenas requiere entrenamiento, te sale casi perfecta sin pensar, como cuando estiras la mano para que te den las vueltas"

A vivir que son dos días

"Saber qué lo es más o menos importante, o lo único, exige una gran lucidez, y cuando a tu alrededor todo muere, muchísima suerte"

A vivir que son dos días

"En cualquier momento la realidad nos cae encima y nos mata. Y a lo mejor es una buena noticia, porque así no habrá más noticias"

A vivir que son dos días

"Creo que la casi inteligencia de Garamendi le evitó reclamar también que se sepa qué parte de lo que producen los trabajadores se quedan los patrones"

A vivir que son dos días

"Quizás el busca representó la primera derrota de la intimidad. Poco a poco empezamos a decir adiós al sueño de una vida anónima."

A vivir que son dos días

"Para sobrellevar estos espantos de la vida cotidiana te apaciguas pensando que regresar es la forma de cobrar cada mes. Se trata del efecto de la consolación de haber aprendido a ver el lado bueno de cualquier cosa."

A vivir que son dos días

"La ignorancia, a su manera, también sabe. Pensar que algunas cosas irán a mejor a la vuelta solo por el hecho de no acordarte de ellas es casi un derecho. Vivir consiste en un dejarse en paz de vez en cuando."

A vivir que son dos días

"Enfrentar el ocaso personal, la idea de que los mejores días quedaron atrás, y que lo que viene tiene encanto, pero no brillo, requiere una mirada muy valiente; suicida"

A vivir que son dos días

"El afán por hacer las cosas en el momento oportuno es loable, claro que sí; pero nos corroe. Entiendo a la gente interesada en la puntualidad. Sin embargo, se aboca a una existencia de sinsabores, atormentada, y quizá innecesaria"

A vivir que son dos días

"Después no vale de nada llevarse las manos a la cabeza. Después ya no hay más después. El momento de hacer algo es antes. Es decir, ahora"

A vivir que son dos días

"Es normal que en algún momento 130.000 espectadores parezcan una cantidad astronómica, aunque tal vez no tanto como 34 delitos. Pero la imaginación se ensancha progresivamente. Y con el tiempo deja de aturdirte lo muy numeroso, que tiende a encogerse"

A vivir que son dos días

"Una peluca es farsa, y quizás un poco más adelante, es tragedia. No lo representa todo a la vez. Más bien cada una de esas cosas por separado, ocasionalmente. Su espíritu no se deja atrapar en una idea sólida. Vale para sobresalir y para desaparecer"

A vivir que son dos días

"¿Podría haber una mejor manera de hacer eso que tú haces así? Seguramente, pero no te importa. Te sería ajena, y tu necesitas que te sea propia. Ese siempre, cuando se construye, se vuelve un lugar seguro"

A vivir que son dos días

"A veces un banco no tiene bastante con sus clientes, sus dimensiones, sus beneficios, y se lanza a comerse otro banco. Su naturaleza, después de todo, es el hambre. Nunca está lleno"