La Columna de Carlos Arcaya: «Lo del Teatro Principal de Alicante es para hacérnoslo mirar»

Fue rápida la reacción del equipo de gobierno para aislar la oferta de compra del Teatro Principal y las críticas lanzadas por la Generalitat. Ahora bien, si desde el consistorio se hubiera actuado con la misma diligencia, tras la entrada en el accionariado del Consell, en diciembre de 2018, ahora la situación del teatro sería completamente diferente. Desde entonces, las obras de reforma no se han iniciado y ni se ha abonado el déficit histórico que arrastra y que actualmente asciende a 900.000 euros. Ha pasado casi un año desde que el alcalde Barcala se comprometiera a solucionar el problema jurídico que impedía emplear parte del dinero desembolsado por la Generalitat -3 millones- para pagar esa deuda. Tampoco se ha podido elegir a una nueva dirección. Reconozco que se me pueden escapar elementos de juicio, pero es para hacérnoslo mirar que la entrada de un tercer accionista, como fue la Generalitat, en vez de en una solución se haya convertido en un gran problema. Y llueve sobre mojado, no es el primer encontronazo del consistorio con la Conselleria de Marzà, a quien el equipo de gobierno quiere reprobar en pleno para tapar los muchos errores cometidos por la concejala de Educación. Las obsesiones son muy malas y más en política.