Alerta roja en el Sporting
La derrota en Huesca, con una pésima imagen, deja al equipo gijonés en una situación preocupante y a Rubén Albés en la cuerda floja, aunque de momento sigue en el banquillo

El entrenador del Sporting, Rubén Albés, durante el partido en El Alcoraz. / LaLiga

Gijón
Ya no hay medias tintas: la situación del Sporting es de máxima preocupación. El descenso de categoría se asume ya como un riesgo real con un equipo en caída libre, incapaz de ganar a nadie (una victoria en los últimos 16 partidos, casi la mitad de los disputados), que ha visto reducido su margen sobre el descenso a los cinco puntos y al que ya no salvan ni las sensaciones. La imagen del Sporting en Huesca fue grotesca: sin calidad, sin tensión, con un comportamiento defensivo inaceptable, un centro del campo perdido y una delantera (para no perder la costumbre) inoperante y desesperante. En el ojo del huracán vuelve a estar la figura de Rubén Albés, ratificado la semana previa pero incapaz de encontrar soluciones a la ruina y con planteamientos y decisiones cada vez menos entendibles. El club mantiene la idea de seguir con el actual técnico hasta final de temporada, pero el miedo a una hecatombe puede llevar a cambiar los planes en cualquier momento.
La situación no es tan diferente, por ejemplo, a la que vivió el propio Sporting hace dos años, en la primera temporada del Grupo Orlegi al frente del Sporting, esa que empezó en el banquillo Abelardo y terminó Ramírez y que resultó una agonía para salvarse. Hoy el Sporting tiene 41 puntos después de 33 partidos disputados y está a cinco del descenso; en la misma jornada de la 2022/2023 el equipo gijonés tenía 38 y estaba con cuatro de ventaja sobre los puestos de peligro. Era la segunda consecutiva con el Sporting sufriendo para salvarse: en la anterior, la última bajo el yugo de los Fernández, a estas alturas el equipo tenía 39 puntos, pero un colchón de 8 puntos sobre los puestos de descenso. Con Martí en el banquillo el cuadro rojiblanco acabó entrando en barrena y Abelardo tuvo que ponerse a los mandos para salvar la situación agónicamente.
El Sporting, si nadie lo remedia, va camino de otro final agónico, sumido en una dinámica intolerable y con una sensación de total bloqueo del equipo y del entrenador. Si una semana antes la polémica arbitral había tapado las carencias del Sporting ante el Albacete, en El Alcoraz nada lo disimula. El equipo fue capaz de marcar dos goles (el primero, de Nacho Méndez, en un momento puntual de superioridad numérica y el segundo de penalti) pero encajó tres tantos intolerables, por la forma y por el momento. La defensa rojiblanca fue un disparate, con Olaetxea perdido como central, Diego Sánchez lastrado una vez más en el lateral izquierdo, Maras irreconocible y Guille Rosas explosivo al principio pero progresivamente fundido. Christian Joel, con sus paradas, evitó que el desastre fuera mayor.
El mediocampo, más poblado que nunca, fue de cartón-piedra: mucho intento de asociarse pero constantes pérdidas y nula profundidad. El puesto de delantero centro es una pesadilla en el Sporting: ya no se sabe quién le aporta menos al equipo, si Otero, Caicedo (que juega a trompicones, chocando contra todos y jugándose incluso la expulsión en los pocos minutos que juega) o un Campuzano que cada vez participa menos. Fiar todo el juego a los arranques de Dubasin (dónde estaría el Sporting si no hubiera venido este jugador) es una apuesta muy arriesgada e insuficiente.
Y al frente de la nave un Rubén Albés voluntarioso pero superado por la situación. No encuentra soluciones ni trata de sacar más partido a los escasos recursos que tiene. Nada sorprende, por ejemplo, en sus cambios, que de hecho ni siquiera agota. Su crédito está por los suelos, aunque internamente tratan de sostenerlo, con la esperanza de que, como sea, el equipo gane pronto un par de partidos.
El problema es que ya no hay rival fácil para este Sporting que no le gana a nadie. El domingo, en un partido crucial, llega a El Molinón el Tenerife, que a pesar de estar virtualmente descendido ha ganado tres de sus últimos cuatro partidos (al Huesca, el Cádiz y el Granada, aunque cierto es que todos en el Helidoro). Y después de eso, una visita al Eldense que tiene tintes dramáticos.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...