Las paradas de Yáñez acercan al Sporting a la tranquilidad pero no al playoff

Gijón

Sobre el papel, un empate en el Ciutat de Valencia no es un mal resultado para el Sporting. Supone sumar en un campo difícil (históricamente gafe para el Sporting), hacerlo a domicilio y prolongar la que, aunque pueda parecer sorprendente, es la tercera mejor racha de resultados de la temporada: una victoria y dos empates. Si tenemos en cuenta además cómo se desarrolló el partido de este domingo, con una notable superioridad local y en el que solo las enormes paradas de Yáñez (alguna de ellas impresionante) mantuvieron al Sporting con opciones, hay que dar el punto por estupendo. Y, sin embargo, es absolutamente insuficiente para las necesidades de un equipo al que este resultado solo le vale para dar un paso hacia la permanencia. Un Sporting necesitado de victorias para una escalada que no arranca: el equipo gijonés sigue abonado al noveno puesto (ahora empatado con el ascendente Cádiz).

Remontar una diferencia tan grande, y además con tantos equipos involucrados, es muy difícil. La prueba es clara: si esta noche el Almería le gana al Elche esta teóricamente aceptable racha de resultados en las tres últimas jornadas no le habrá servido al Sporting para recortar ni un solo punto con respecto al playoff: seguirá a nueve. Si es el Elche el que gana, para ponerse líder, los gijoneses estarán a siete puntos del sexto puesto. De acabar en tablas el partido de esta noche en el Juegos del Mediterráneo, la distancia a remontar será de ocho puntos.

La extraordinaria actuación de Rubén Yáñez fue lo más destacado del Sporting este domingo. El guardameta desesperó al Levante en general y a Forés en particular, parándolo absolutamente todo. Aunque la intervención más destacada del guardameta fue para evitar el fuego amigo: un despeje de Olaetxea que se iba para dentro y que Yáñez, corrigiendo la posición como un gato en plena caída, logró evitar.

Por lo demás, el Levante fue mejor y el Sporting, un equipo que da muestras de agotamiento, pareció jugar en algunas fases al 0-0, sin asumir demasiados riesgos. Lo logró, encadenando la tercera jornada sin encajar, aunque en esta ocasión el mérito fue más del guardameta que de la defensa. Sufrió el Sporting cuando futbolistas granotas como Carlos Álvarez, Morales o Forés se asociaban, encontrando en ocasiones huecos comprometidos a la espalda de la zaga rojiblanca.

En ataque, Albés encontró el famoso momento para un Caicedo que, al menos, luchó. Poco más que destacar del internacional, que parece gafado: la oportunidad le llegó después de una semana tocado de salud. Nico Serrano dejó pinceladas de calidad en ataque, aunque pecó de individualista en algunas de las acciones. Dubasin, siempre voluntarioso, parece fundido. Como el mediocampo, claramente superado en esta ocasión por el equipo local. En la zaga, Maras sigue siendo el jugador que mejor defiende de toda la defensa, sobre todo ante la decisión de desplazar a Diego Sánchez al lateral izquierdo, sorprendiendo la pérdida absoluta de protagonismo de Cote.

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Aislado del contexto, un empate al que hay que darle valor. Como descontextualizar es imposible, el punto sirve para dar otro paso hacia la permanencia pero es totalmente insuficiente para pensar en objetivos más ambiciosos.