Fútbol

El Sporting arruina su temporada perdonando la vida al Elche

La falta de gol de los rojiblancos les impide sumar una victoria que merecieron y dejarse dos puntos totalmente necesarios

Momento en el que el Elche marca el 1-1 en El Molinón. / LaLiga

Momento en el que el Elche marca el 1-1 en El Molinón.

Gijón

El fútbol es un deporte que consiste, básicamente, en marcar goles. El objetivo es lograr al menos uno más de los que te metan a ti. Si lo consigues, sea cual sea el camino, se obtiene el éxito. Ese razonamiento, tan básico, no parece compartirlo el Sporting, que en los últimos años ha tratado de inventar un nuevo deporte: jugar al fútbol sin delanteros, que es (salvando las distancias) como afrontar una tanda de penaltis sin portero. Cometida la irresponsabilidad de no reforzar esa laguna en verano y aparentemente encantando de incidir en el error en el presente mercado de invierno, el equipo se choca ahora con el destino previsible: el empate ante el Elche, en un partido que perfectamente pudo haber acabado 3-0, echa por tierra media temporada, dejando en evidencia que un equipo que perdona como lo hace el Sporting no puede aspirar a nada. Lo demás, el equipo lo tiene: hay juego, hay intención, hay comunión con la grada, hay un estilo... Pero falta lo principal. Y así pasa la vida, los días y los mercados. Y las temporadas en Segunda División.

Pareciendo increíble, lo que sucedió en El Molinón no sorprende tanto a quienes conocen bien a este Sporting. Es frustrante ver al equipo dominar, superar al rival, jugar mejor, generar ocasiones y no ganar. Sorprendido acabaría el Elche, que con lo poco que hizo se llevó un premio inesperado de Gijón: media ocasión, un gol que le regala un punto que le mantiene, al menos temporalmente, segundo.

Al fútbol del Sporting en este partido poco se le puede reprochar, a excepción de la carencia goleadora. Frente a un rival tan potente como el Elche, los rojiblancos fueron dominadores de casi todas las facetas de juego desde el principio. Y eso que no había más que mirar al banquillo para analizar cómo llegaba el equipo: con cuatro bajas sensibles, sin ningún refuerzo invernal y con unos suplentes que más que extras son figurantes; hay cinco jugadores que entran en las convocatorias porque hay que completar el cupo, pero todo el mundo sabe (ellos los primeros) que no van a jugar ni un minuto. El problema serio es que uno de ellos es el delantero internacional que el Sporting fichó para ser, sobre el papel, la estrella del equipo. Tremendo. Para Albés ya no es que sea la última opción; es que ni siquiera la considera.

La primera parte fue de total y absoluto dominio del Sporting, voluntarioso y jugón pero incapz de crear ocasiones claras. El Elche lanzó un aviso: tuvo una llegada en la primera parte, a balón parado, y marcó un gol, aunque anulado por fuera de juego de Yago Santiago. Tiene un problema un equipo en el que quienes más inquietan al portero rival son los laterales: primero Cote amenazó con un disparo desde fuera del área y luego fue Guille Rosas quien por fin adelantaba al Sporting. Fue una acción coral: Olaetxea robó, Cote puso el centro, Gelabert lo disputó pero cayó malherido, Queipo estuvo atento para pelearla, Dubasin se la llevó y, en una de sus genialidades habituales, le sirvió una magnífica asistencia a Guille Rosas, que golpeó con el alma para estrellarla en la cara inferior del larguero y adelantar así al Sporting.

Los rojiblancos jugaron con fuego en el inicio de la segunda parte, con un fútbol excesivamente contemplativo. Pero acabaron dando un paso adelante: Guille Rosas con el exterior, Juan Otero de cabeza, Dubasin con un disparo lejano... Tuvo numerosas oportunidades para sentenciar. Perdonó e hizo bueno el tópico de lo que pasa a los que perdonan. Agustín Álvarez aprovechó media ocasión para batir por alto a Yáñez. Era el minuto 88 y todavía tuvo tiempo el Sporting para recuperar lo perdido: medio Molinón celebró como gol el lanzamiento de Nacho Martín al lateral de la red y el palo, cruel, repelió un disparo de Campuzano en el 95 que hubiera supuesto el éxtasis. Pero se confirmó que, con balas de fogueo, no se puede ir a la guerra. O se puede ir, pero no suele acabar bien.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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